Tensión en mitad del océano con nuestro análisis de Submersed

Exploración, puzles y tiburones se dan al mano con mucho sabor ochentero en el análisis de Submersed para PlayStation 4.

Vivimos una buena época en cuanto a juegos de terror se refiere. Obras como Outlast, el reciente remake de Resident Evil 2 o Alien Isolation, son buenos ejemplos de ello. Precisamente este último ha servido un poco de inspiración para sus creadores, junto al amor que sienten por el cine de los 80. Vamos a comprobar sus virtudes y defectos en nuestro análisis de Submersed.

Los encargados de traernos esta aventura en mitad del océano son los componentes del estudio bilbaíno Main Loop Videogames. Este equipo independiente ha logrado, con apenas 3 o 4 personas, traernos un título de exploración y puzles en primera persona con una atmósfera altamente inmersiva. Los principales artífices de este proyecto son su creador José Antonio Muñoz y la guionista principal Jasone Irastorza. Nosotros tuvimos la suerte de conocerlos en el pasado Fun & Serious, en el cual por cierto, se alzaron con el premio al Mejor Videojuego Vasco.

Rescate ochentero

La historia del juego nos pone en la piel de Jack Ballard, un paramédico que ha perdido a su esposa de manera reciente. Tras un tiempo de baja, decide volver a su trabajo. El destino quiere que su primera misión le lleve a un rescate en una plataforma en medio del océano. Allí, tras un accidente con su helicóptero, quedará aislado. Será a partir de ese momento cuando nos tocará usar nuestro ingenio para no ser, literalmente, comida para peces.

La premisa es simple y nada llamativa a priori, pero es parte de la intención de sus creadores. El argumento es muy similar al de varias películas a las que esta obra trata de homenajear. Aún así, durante nuestro periplo, tendremos tiempo para alguna sorpresa.

Si encuentras algo mejor cógelo… o no

A partir de ahí, nos tocará explorar a fondo la plataforma en la que nos encontramos para tratar de salir con vida. Durante las 3 o 4 horas que nos puede deparar el viaje, deberemos hacernos con todos los suministros que podamos mientras investigamos lo sucedido en las instalaciones. Vendas, medicinas, fusibles o pilas nos serán de gran ayuda para completar nuestro objetivo.

Hay que tener en cuenta que tendremos un inventario bastante reducido, por lo que en algunas ocasiones habrá que gestionar bien qué objetos llevamos y cuáles no. Menos mal que en algunas zonas existen cajas de seguridad en las que almacenar algunos de estos enseres. También tendremos la opción de combinar algunos de ellos para liberar así un espacio.

Por ejemplo las medicinas deberemos de extraerlas con una jeringuilla vacía para poder darles uso, o las pilas con nuestra linterna. Esta última, por cierto, será un artículo vital para nuestra supervivencia, ya que la mayoría de los interiores son bastante oscuros. Además cuando su batería comience a gastarse irá iluminando con menos efectividad, por lo que habremos de tener algún recambio encima.

Exploración inmersiva

Con todo esto que vayamos recuperando, nos tocará recorrernos la plataforma de cabo a rabo. Por el camino encontraremos algunas zonas a las que no podremos acceder por encontrarse cerradas. En algunos casos nos bastará con usar una ganzúa, la cual podremos crear nosotros mismos combinando un trozo de metal con unos alicates. En otros, deberemos encontrar la llave pertinente que nos permita el acceso. Y del mismo modo existirán varios puzles a resolver para poder continuar. En este aspecto estamos ante una obra con reminiscencias a títulos ya nombrados como Resident Evil o Alien: Isolation.

Para completar la historia no será necesario que logremos entrar en todas las localizaciones, pero sí muy útil. No sólo porque descubramos más de estos vitales suministros, sino porque podemos conocer más de lo sucedido. Esto es así debido a que la narrativa avanza según lo que nosotros descubramos. En cada rincón puede haber alguna nota informativa o un ordenador que nos desvele nueva información del suceso. Incluso es posible terminar el juego sin conocer todo lo acontecido en él, aunque sí el grueso de el argumento.

Huye para combatir otro día

En cuanto al combate y al igual que en el título del Xenomorfo, la mayor parte del tiempo nos tocará esconderse o huir, solo que aquí nuestros rivales son unos tiburones que formaban parte del experimento fallido. Cuando estemos sumergidos bajo el agua, vestiremos una escafandra que limitará nuestra visión y movimientos. Únicamente una luz situada en la parte superior izquierda, nos indicará el nivel de amenaza. Si está en verde estamos a salvo mientras que el color amarillo significa que hay peligro cerca. Por último el rojo nos avisa que encontremos refugio pronto o estamos muertos.

Durante esos trayectos submarinos que nos tocará recorrer, habrá algunas zonas en las que estemos a salvo. Además si vamos con la luz de nuestro traje apagada no atraeremos tanto la atención de los escualos. Claro que de ese modo no podremos ver muy bien el camino, ni el LED de advertencia. Por lo tanto el miedo a la muerte siempre estará presente.

Ya en los interiores, podremos encontrar una especie de porra eléctrica, pero de usos muy limitados y únicamente servirá para alejar a nuestros enemigos unos instantes. Si bien es cierto, que únicamente hay dos o tres zonas inundadas en las que patrulla alguno de estos animales. Además es posible encontrar algún escondite para sortearlos y seguir nuestro camino. Por lo demás no encontraremos ningún otro peligro durante nuestras indagaciones.

Gráficos y sonido

La verdad es que dentro de la instalación viviremos en una tensión constante, gracias a la magnífica ambientación conseguida por Main Loop. Gran parte de la culpa de este hecho viene dado por la deprimente y oscura estética que impregna los interiores. Cadáveres, manchas de sangre, restos del experimento, luces parpadeantes… lo habitual en este tipo de obras está aquí presente y funciona.

Además, aunque gráficamente no sea el culmen de la generación, luce bastante bien y hay que tener en cuenta el hecho de que gran parte del trabajo ha recaído en dos personas, por lo que el mérito es aún mayor. No es raro que Sony con su programa PlayStation Talents les haya apadrinado.

Del mismo modo, parte de la inmersión conseguida viene también por su apartado sonoro. No pararemos de oír diversos ruidos mientras recorremos la claustrofóbica base. Crujidos, golpes, algunos lamentos o incluso nuestros propios latidos nos pondrán los pelos de punta en más de una ocasión. Además, durante los momentos de peligro sonará una música rockera muy al estilo de Doom. Lo malo es que esto elimina el agobio vivido hasta ese momento.

Por otro lado el juego nos llega doblado a nuestro idioma aparte de en inglés, con un fichaje de lujo como es Juan Amador, conocido principalmente por ser la voz de Rick Grimes en The Walking Dead. El punto negativo aquí, y sin querer desmerecer al resto de actores de doblaje, es que se nota mucha diferencia de calidad entre él y las voces de los otros personajes. Pero no llega al punto de Arizona Sunshine.

Conclusiones

Como veis, estamos ante una corta pero exigente aventura, con un guión que suena familiar pero resulta interesante. De hecho si queremos conocer todos los hechos es posible que nos toque jugarlo más de una ocasión para poder visitar todas las localizaciones.

Ya hemos comentado que gráficamente hay obras mejores, pero la ambientación está muy lograda y su apartado sonoro ayuda mucho. Hay que valorar también el hecho de ser un juego creado por un equipo que, literalmente, se cuenta con los dedos de una mano, la cual, por cierto, ha recibido el inestimable apoyo y ayuda de otro ilustre bilbaíno y creador de Baboon!, Jon Cortazar. Y para rizar el rizo, su precio es de únicamente 14.99 euros, así que no podéis dejar pasar la oportunidad de hincarle el diente, culpables.

Allons-y!