Análisis de Warhammer 40,000: Dawn of War III para PC

¿Eres fan del género RTS? Pues te dejamos aquí nuestro análisis de Warhammer 40,000: Dawn of War III, la nueva entrega de Relic Entertainment basada en las famosas figuras de Games Workshop.

Cuando era un crío feliz e ignorante me llamaban la atención los juegos de mesa y tablero que se alejaban del parchís y demás conocidos. Ya fuera por su ambientación fantástica, por sus diseños o por salirse de la regla, siempre que podía estampaba mi cara en escaparates donde los juegos no convencionales eran los protagonistas. Pero si hay uno que siempre me ha levantado más curiosidad que ningún otro ha sido Warhammer. Y ojo, que las figuras de Games Workshop también están presentes en otros medios. Literatura, juegos de rol… Y, cómo no, en los videojuegos.

Hoy nos toca centrarnos en esta última vertiente, y concretamente, en el universo de Warhammer 40,000, donde los castillos dejan paso a la ambientación espacial aunque sin dejar de lado a sus seres fantásticos. Y es que tras varios años, toca dar un paso más en la saga Dawn of War gracias a nuestro análisis de Warhammer 40,000: Dawn of War III.

Aquellos que seáis fans de Warhammer 40K y de los juegos de estrategia conoceréis de sobra esta saga. No obstante, ya han pasado 13 años desde que viéramos su nacimiento de la mano de Relic Entertainment. De esta manera, los padres de Company of Heroes lograron trasladar el espíritu de los tableros a los mundos de PC. Y ojo, que tras tres expansiones y una secuela con dos ampliaciones demostraron que sí. Que sabían lo que hacían. Ahora, nos toca volver a este universo con algunos cambios en el camino, entre ellos el de editora, pasando de la difunta THQ a SEGA.

¿Orcos en el espacio?

Warhammer tiene infinidad de videojuegos basados en su mundo. Solamente hace falta mirar los lanzamientos de los últimos meses para comprobarlo. Que si su versión de Total War, que si Eternal Crusade, Sanctus Reach… ¿Pero qué tiene de especial Dawn of War para ser una de las sagas más destacadas entre tanto nombre? Pues de primeras su ambientación basada en Warhammer 40,000.

A diferencia de la versión estándar, 40K da su toque de originalidad. Y sí, por mucho que nos guste ver orcos y hombres dándose espadazos en mundos medievales hay que admitir que no es precisamente una ambientación novedosa. Por su lado, Warhammer 40,000 mueve esto al espacio conservando el atractivo de ambas partes chocantes de primeras.

Ojo, que no todo el éxito de Dawn of War no reside en su ambientación, ni mucho menos. La otra gran baza de que dicho nombre levante pasiones es gracias a que se trata de un juego de estrategia bien construido y con sus propias bondades. De esta forma, la saga no solamente llama la atención por ser una gran adaptación, sino también por su buen hacer como videojuego en sí.

Estrategia con sabor clásico

Dejemos de lado la lección de historia y centrémonos un poco en esta tercera parte, siendo lo primero a destacar sus cambios con respecto al pasado. Si habéis jugado a Dawn of War I y II sabréis que las cosas son distintas. Y no, no me refiero a cambios como gráficos o mejoras.

Mientras que la primera parte era un juego más al uso de Age of Empires o StarCraft, donde construías edificios en los que entrenar soldados y mejoras, su secuela eliminó las edificaciones para centrarse en el control de tropas, una fórmula que a aunque de primeras suene más pobre supo darle un buen enfoque táctico al juego. En esta ocasión, Dawn of War III vuelve a sus raíces más profundas. Así que sí, nos toca volver a crear cuarteles plagados de edificios.

A parte de este cambio de núcleo, también nos encontramos con la primera piedra en el camino. Y sí, se han cargado las coberturas para las unidades, las cuales les otorgaban defensa extra y daban al juego un componente estratégico extra.

A cambio, se han colocado zonas de sigilo, en las que las unidades permanecen invisibles. Esto de primeras suena interesante, pero más allá de tender una trampa o de estar atento a éstas no otorgan precisamente mucho impacto directo a la partida.

¡Por el Emperador!

Centrándonos en la campaña, nos encontramos una historia compuesta por 17 misiones. Sí, la cifra es bastante maja, y más si tenemos en cuenta que no son precisamente escenarios cortos, pudiendo llegar fácilmente a rondar entre media hora o la hora entera cada uno de éstos.

Respecto a la historia en sí, nos encontramos en pleno asalto orko a un mundo humano. Ante esta situación, el Imperio envía una flota a dicho planeta, pero la deja volando el exterior con órdenes de no ayudar en la batalla. Actuando por su deber, nuestro viejo amigo Gabriel Angelos y su pelotón deciden ayudar en la campaña terrestre. Eso sí, las cosas se complican al hacer acto de aparición los Eldar, dando lugar a una batalla a tres bandas por el control de un misterioso objeto situado en el planeta.

La historia que encontramos en Dawn of War III no es precisamente la más original del mundo. Eso sí, la campaña logra sacarle su jugo y atraernos gracias a su estructura. En sus 17 misiones no solamente logra que cada una de éstas sean lo más variadas posibles entre ellas, sino que vamos variando el control entre las tres razas del juego: Marines Espaciales, Orkos y Eldar. De esta manera, vamos variando tanto en forma de jugar como en punto de vista de la historia.

Y sí, culpables, nos quedamos solamente con tres razas en esta ocasión. Sin contar con las expansiones, Dawn of War I y II nos ofrecieron en su momento cuatro bandos distintos. No obstante, ahora nos dejan con las tres ramas principales de los juego, algo que nos sabe a poco. A parte, viendo las formas de trabajar en otros Dawn of War nos hace temer a avalanchas de expansiones y DLC que arreglen este apartado.

Batalla campal

Eso sí, no creáis que por tener tres bandos las cosas se quedan cortas. Cada uno de éstos tiene un funcionamiento completamente distinto, afectado sin duda a su estilo de juego. No me refiero únicamente a tener soldados humanos u orkos con distintas estadísticas. Si bien los humanos vendrían a ser una raza equilibrada, los orkos se centran en el ataque y los eldar en la defensa. ¿Un ejemplo de esto? Pues que los pieles verdes usan la chatarra desperdigada de los escenarios para mejorar sus pelotones, obligándoles a moverse con regularidad por el mapeado.

A parte de lo mencionado hasta ahora, cabe destacar otros puntos de la jugabilidad de Dawn of War III. Lo primero de todo, son los recursos.No, no tenemos que usar recolectores, sino que éstos se generan en diversos puntos del mapa. Y sí, toca conquistarlos para tenerlos en nuestro control y que nos den materia prima. Esto hace que el juego sea bastante más agresivo que la mayoría de juegos del género. Algo que se acentúa todavía más por la falta de coberturas.

Piedras en el camino

No obstante, nos encontramos puntos negros en los controles del juego. Si habéis jugado lo suyo a títulos de estrategia, estaréis familiarizados con la creación de accesos directos para pelotones. Esta función existe en Dawn of War III, pero no existe un comando que permita cambiar entre personajes. Y esto en un juego donde cada unidad tiene habilidades específicas hace que sea engorroso usar varias seguidas. A parte, a esto hay que sumarle un problema más. No entiendo el por qué, pero más de una vez en vez de elegir un objetivo me ha acabado el juego seleccionando a la unidad enemiga, perdiendo así mi selección de unidades.

Otro punto que me ha chocado es que sin conexión a Internet no puedes jugar a ningún modo de juego. Es más, en una caída de conexión el juego me lanzó fuera del tutorial en el que estaba. Sé que a estas alturas de la película ya hemos visto muchos juegos que nos cortan las alas si nos quedamos sin Internet. Aun así, yo sigo en mis trece. No me parece lógico que si me desconecto me corten hasta las partidas offline y me larguen por la puerta al menú principal.

League of Legends en el espacio

Pasando al tema del multijugador nos encontramos con unos cambios considerables. Sin duda, el primero es que el objetivo es destruir el núcleo del enemigo, el cual está protegido por torretas. Sí, esta estructura es sin duda la de los MOBA. Obviamente Relic se ha basado en éstos para su multijugador, algo lógico viendo el éxito de éstos.

A esto tenemos que sumarle los Élites, un grupo de unidades que iremos comprando con el oro que ganemos jugando. Éstos serán los soldados que usemos en las partidas, pudiendo unir hasta a tres en el campo de batalla. Obviamente cada uno cuenta con sus habilidades y estadísticas, por lo que es importante construir un buen pelotón.

¿Y las voces en español?

En el apartado técnico nos encontramos de primeras con un paso atrás. Y es que las voces solamente están en inglés. No, no penséis que me desagrada esto en sí. Lo que me choca es que Dawn of War II estaba totalmente doblado al castellano. Por desgracia, aquí eso no es así. Eso sí, los textos siguen en castellano, pero choca ver que una secuela tenga menos puntos traducidos. A parte de esto, contamos con una buena cantidad de efectos sonoros y melodías que encajan con la ambientación del juego.

El apartado gráfico es simplemente correcto. Sí, el juego luce bien detallado y es vistoso. No obstante, hay que exigir más, sobretodo teniendo en cuenta la poca diferencia visual con Dawn of War II. Ya no estamos en los tiempos en los que RTS era sinónimo de motor gráfico inferior. Aun así, los escenarios sorprenden gracias a su tamaño. No, no me refiero solamente a que haya mucho terreno. Los niveles de profundidad están realmente conseguidos, dando la sensación de estar realmente en inmensas fortalezas que se alzan sobre el terreno.

Conclusiones

Puede que Dawn of War III no sea el mejor de la trilogía. Tiene ausencias y fallos que ensucian el resultado final. Aun así, eso no quita que estemos ante un juego bien equilibrado y sólido. Un juego ue gustará tanto a los fans de Warhammer 40,000 como a los enamorados de la estrategia.

Eztrategia old zchool
Gráficos
8.3
Sonido
8.3
Jugabilidad
8
Inovación
7.7
Nota de lectores0 Votos
0
LAS CLAVES
Campaña en la que controlamos a las tres razas del juego
Eliminación y modificación de elementos de la saga para dar prioridad a la acción
Multijugador que bebe de la velocidad y estructura de los MOBA
ALTERNATIVAS
Relic también es el padre de otros RTS, como Company of Heroes o el resto de la saga Dawn of War
Compitiendo en la estrategia espacial nos encontramos de frente con StarCraft II
Obviamente, jugar con las figuras de Warhammer 40,000
8
Waaagh!
Diego Sommier

No tengo ni idea de videojuegos porque no pronuncio bien sus nombres en inglés y me marqué un Cuphead de campeonato en la gamescom. Ah, y según un papel de mi pared, también soy informático.

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