Crítica de Card Captor Sakura: Clear Card 02

Los misterios se sigen acumulando en el comienzo del nuevo anime. Card Captor Sakura: Clear Card 02 sigue el guión normal de un capítulo de Sakura… y nos mete el problema de Eriol.

Las cosas siguen sin cambiar. Y eso, por supuesto, nos encanta. Card Captor Sakura: Clear Card 02 nos mete de lleno en la dinámica típica y tópica de un capítulo de nuestra maga y sus vestiditos. Pero, de paso, sigue abriendo preguntas acerca del misterio que rodea al las cartas nuevas y la desaparición de las suyas.

Además, ha tiempo para los guiños a muchos personajes antiguos que, por «A» o por «B» no han salido todavía en el anime (y puede que ni lo hangan). Así que, en resumidas cuentas, sí. Este capítulo, por supuesto, también nos ha encantado. Por cierto, ¿ese traje no os ha sonado?

Ahora voy a bajarme un poco el azúcar en vena, que igual acabo en el hospital por sobredosis.

Las cartas y Eriol

No hay duda que Eriol es un personaje muy misterioso y querido. El ser quién es le da un halo de poder y de seguridad que la propia Sakura no consigue nunca. Y eso que, en teoría, es la más poderosa.

Sus conocimientos mágicos y los recuerdos de Clow hacen que sea un aliado indispensable. Por eso resulta un poco extraño ver cómo ahora que está muy lejos de la maga, no le da su ayuda desde el primer momento y quiere esperar hasta encontrar un punto determinado que sea el ideal. ¿Por qué?

Quizás sea por la manía que tiene el muchacho de hacer crecer a Sakura. A base de palos, vaya. Os recuerdo que en vez de decirle que tenía que pasar las cartas de Clow a Cartas de Sakura, decidió liarla parda en la anterior temporada. Pero al menos estaba allí por si algo se torcía.

Ahora está lejos, y parece que el enemigo de Sakura no es precisamente alguien tan «amistoso» como el propio Eriol.

Pero ¿qué sería del misterio de este anime si a la primera de cambio se desvela lo que sucede? Evidentemente. Así que, toca hacer conjeturas. ¿Qué pensáis? El enemigo es malo o bueno?

La vida de Sakura

Pero si hay algo que consigue brillar en este anime es la ambientación tan vomitivamente azucarada que nos pone. Oye, y lo digo con todo el amor del mundo ¿eh? No me meto con ellas. Ya sabéis, puke raimbows.

La primera parte del capítulo es todo un homenaje a las anteriores temporadas. Apariciones de personajes, aunque sea en menciones, la vida de instituto, las peleas entre hermanos. Incluso las cansinas explicaciones de personajes que, al final, son demasiado adorables.

Todo, en general, hace que uno tenga ganas de irse a Japón a pegarle un abrazo a Sakura, Shyaolang y todos los demás. Y, de paso, quedarse con ellos a probar esa tarta de queso que han hecho.

Esta mezcla entre lo adorable, lo normal y la parte mágica con su misterios son, desde luego, las claves de este anime. Y tiene pinta que si esperabas que algo cabiase con respecto a los anteriores, mejor dejes de hacerlo. Esto es Sakura en estado puro. Y nos lo vamos a tatuar en el culo para que no se nos olvide.

¡Sakura! «Güi lof llu».