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Crítica de The Defenders

Netflix nos ha traído el culmen de una larga historia que comenzó hace tiempo con Daredevil. Y es a esta a la que más se parece. Vamos con la crítica de The Defenders.

Hace tiempo que a Marvel le salió bien eso de hacer un universo cinematográfico. Y viendo cómo se le llenaban los bolsillos, también empezó su caminito en el mundo de las series. Así nació Daredevil, el primero de los defensores que hoy os analizamos. El camino ha tenido altibajos, pero como veréis en la crítica de The Defenders, la cosa a acabado bastante bien. Aunque podría haber sido mucho mejor.

Una reunión muy esperada

Cada una de las series que hemos visto de Marvel en Netflix ha tenido su propia identidad. Hemos visto a un Daredevil muy combativo y visceral. A una Jessica Jones bestia, pero con su trama de investigación. La parte más negra la vivimos con Luke Cage y la más inocente con Iron Fist. Ahora toca unir todos esos estilos bajo una misma bandera. Y desde luego no es una tarea fácil.

Sin embargo, Netflix ha conseguido que todos y cada uno de ellos se mantenga fiel a sus estilos. No vamos a ver a Daredevil haciendo amigos a la primera ni a Jessica Jones ayudando a los ancianitos a cruzar la calle. Cada uno se mantiene en sus trece y esto, evidentemente, tendrá sus inconvenientes.

Habrá roces, habrá peleas, habrá conversaciones y habrá discusiones. Pero todo (o prácticamente todo) está muy bien encajado. No vamos a ver momentos en los que digamos «esto no pinta demasiado aquí en este momento» o vacíos argumentales.

Y este es uno de los puntos fuertes de la serie. Uno de muchos, ya que estamos.

Un enemigo a la altura

Si tuviésemos que asemejar el estilo de The Defenders a alguno de sus predecesores ese sería el de Daredevil. No solamente por la parte más combativa, sino por muchas otras cosas. Entre ellas, por el trato que tienen de los enemigos. Y en concreto de la villana por excelencia. Sigourney Weaver consigue meternos entre ojo y ojo a un enemigo muy carismático.

Alexandra es todo lo que un malo debe ser. Calmada, poderosa, inteligente y que impone respeto. Pero también tiene sus puntos débiles. No hablamos de un talón de Aquiles o de un punto detrás de la oreja que la mata. No. Hablamos de sentimientos, momentos de duda y situaciones personales que la hacen muy humana.

Y precisamente esta faceta más humana es la que nos hace conectar con ella. Vamos a entender a Alexandra en todo momento. E incluso a veces nos costará verla como lo que realmente es.

Esta dualidad entre la Alexandra más humana y la Alexandra más portal es lo que consigue un enemigo que, por méritos propios, se ha convertido en el mejor de la alianza Marvel y Netflix. Y mira que cuando conocí a Kingpin quedé completamente enamorado de él.

Los enemigos no son perfectos. No siempre aciertan. A veces cometen errores y son cuestionados. Y eso se trata a la perfección en The Defenders. Si tuviese que darle el premio al mejor personaje y actor, desde luego sería para la pareja Alexandra / Sigourney Weaver.

Dos partes bien diferenciadas

Sin embargo, la serie nos muestra dos caras de la misma moneda. Podríamos diferenciar sin ningún problema un punto de inflexión entorno al sexto capítulo.

Hasta ahí, la trama transcurre rápida, ágil y con momentos glorisoso y muy interesantes. Sin embargo he de decir que la resolución de estos no ha sido lo que esperaba. En muchos sentidos.

Hay un «crack» en la serie que nos da un bajón impresionante. A partir de ese momento, quizás por el acontecimiento en sí o quizás por el cambio de perspectiva, la serie decae. No hasta el nivel de otras anteriores, como momentos centrales de Luke Cage, pero sí bastante en comparación con los primeros episodios.

A partir de ese momento la serie se vuelve predecible al 100%. Los enemigos pierden mucho de su carisma y lo que es peor, los combates que nos muestran son, para mi, los peores de todas las series.

Entre los planos oscuros que nos muestras y los continuos cortes que hacen en esos momentos, al final el caos se apodera de las escenas y no somos capaces de entender nada. Solamente Madam Gao consigue destacar un poco entre toda esta locura.

Pero cuando intentas ver los momentos clave de las peleas entre los buenos y los malos, se te queda una cara de bobo y acabas pensando y echando de menos los combates de Daredevil. Es que hasta los de Iron Fist, aunque lentos, se ven y entienden mucho mejor que los de la última parte de The Defenders.

¿Quizás pocos capítulos?

Una vez os he contado todo esto, tanto lo bueno como lo malo, me paro a analizar un poco el por qué ocurre. Y lo primero que se me viene a la cabeza es la duración de la serie.

Todas las anteriores han tenido 13 capítulos y unos arcos argumentales bien diferenciados. Sin embargo The Defenders tiene 8. El primero sería la presentación y puesta en escena y hasta el sexto el nudo de la trama. El séptimo y el principio del octavo sería el desenlace y el final del último episodio el epílogo.

Pero lo que falla no es ni el comienzo ni la trama en sí. Lo que, para un humilde redactor como yo, echa por tierra el trabajo de tanto tiempo es el desenlace. Puede que por corto o puede que por poco original. Pero desde luego desluce el efecto final.

Si me paro a pensar en escenas en concreto de otras series recuerdo la batalla por las escaleras de Daredevil, la pelea entre Jessica y Luke Cage de Jessica Jones o la angustia de intentar curar alhombre irrompible con ácido. Incluso la batalla contra Bokuto de Iron Fist tuvo sus momentos. Pero en The Defenders no ocurre algo parecido.

Casi todos los momentos que recuerdo y que se me vienen a la mente tienen la cara de Sigourney Weaver, y no son espectaculares. Simplemente, imponen.

Como os digo, no creo que sea problema de falta de capítulos, sino más bien de un tema artístico. De las tomas, la fotografía y los planos. Incluso podría decir que echo en falta algún momento más individual de cada uno de ellos. Y es que hay veces que los secundarios brillan más que los protagonistas.

Conclusión de la crítica de The Defenders

En definitiva, culpables, nos encontramos ante una serie muy entretenida. Empieza con mucha fuerza, pero se desinfla casi al final. Quizás el problema esté en las expectativas que teníamos de ella, pero veo un problema diferente. Un no saber cómo resolver todo el entuerto y no darle la espectacularidad que se merece al final.

La sensación final me deja con un sabor de boca que me recuerda al de The OA y un poco al de Iron Fist. Tenemos un final, sí. Cerrado hasta cierto punto. Pero en ningún momento he visto que las cosas terminen. Ni si quiera que den pie a algo nuevo. Solo que se han quedado ahí… Y que nadie de los presentes ha evolucionado.

Pese a todo ello, la serie supera con creces a Iron Fist y Luke Cage. Pero si me permitís la osadía, tanto las dos de Daredevil como la de Jessica Jones están por encima de The Defenders. Bueno. Por encima de todo menos de Sigourney Weaver.

Manu Mora

Friki de GuiltyBit. Colaborador, padre y fan incondicional de Sonic, todo al mismo nivel. ¡Ah! Y maestro absoluto del látigo, aunque ya no lo use mucho.

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