Crítica de The Reflection, el anime de Stan Lee

Hemos decidido recopilar toda nuestra crítica de The Reflection porque nos recuerda a esa cena familiar a la que fuimos con dolor de cabeza y de estómago. Nos duele, pero no podíamos hacer el feo.

En esta casa seguimos, semana a semana, este locuelo anime de Stan Lee. Sufrimos, lloramos, sangramos y nos autolesionamos viéndolo. Ahora toca recopilar toda esa crítica de The Reflection para echar la vista atrás y ver esas muelas por el suelo. El camino ha sido largo y tortuoso, desde luego.

El anime, desde el primer capítulo, ya te estaba restregando por la cara el «Make America Great Again!» de Donald Trump y te escupía por ser otaku. Pensaba acostumbrarse a su estilo transgresor sería lo más difícil.

Me equivocaba.

A medida que se sucedían los capítulos descubría más errores y ridiculeces en el guion. Todo se juntaba para dar lugar a una fusión, muy desagradable, de confusión y vergüenza ajena. Tiene algunos destellos y por momentos parece que intenta contar algo importante. Pero sale un robot gigante con peluca de un coche y todo vuelve a la normalidad.

The Reflection se caracteriza por su irregularidad, por su falta de coherencia y por no plantear series respuestas a la gran pregunta: «¿de qué coño va esto?». Es una montaña rusa de sensaciones que no para de sorprenderte a cada momento. El 90 % de las veces para mal.

Puede parecer que estoy incitando a no verla, pero no es mi objetivo, ni mucho menos. La realidad es que ya la he sufrido y me da igual. Ojalá alguno pueda disfrutarla, Y, si no, siempre puedes ver todas las críticas y ver mi indignación constante semana a semana.