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Destiny – Análisis PlayStation 4

Más de una semana después de su lanzamiento, ya se habla de que el hype puede haber matado a Destiny. Puede que cuando una compañía se gasta 500 millones de dólares en crear y promocionar su producto, lo más lógico es que el público espere el juego de la década, porque este es extremadamente influenciable.

Esa masa de público es luego la que se dedica a plantarle notas por debajo del cinco en Metacritic mientras no cejan en su empeño de llegar a nivel 26 para poder jugar la primera Incursión. Todo muy contradictorio. Puede que Destiny aún no haya llegado al nivel de grandeza que todos esperábamos de él, pero de lo que no cabe duda es de que se trata de un gran juego. La espera ha valido la pena y… aún queda lo mejor.

Mi familia y amigos menos afines a mi afición a los videojuegos ya me preguntan qué narices es Destiny. Creo que solo The Last of Us ha conseguido eso en los últimos años, gracias a anuncios de televisión, carteles en marquesinas de autobuses, etc… Pero es que el primer proyecto postHalo de Bungie bajo el amparo de Activision ha sido incluso portada de uno de los periódicos más leídos en nuestro país. Con esto quiero decir que, si gente ajena al mundillo sabe qué es Destiny, o al menos es consciente de su existencia, la campaña de marketing ha funcionado a las mil maravillas.

O no. Porque esa gente empieza a conocerlo, pero quienes estamos al día de los tejemanejes de la industria nos obsesionamos y tendemos antes de tiempo a encumbrar juegos como lo que no son, y eso es lo más curioso del caso que nos ocupa. Las mayores críticas a Destiny no han venido por lo que es, sino por lo que no es, y es que como ya dije en uno de los primeros podcast de la cuarta temporada recién empezada, cualquier cosa que no fuera alcanzar la excelencia sería una decepción para este título, pero… ¿deja por ello de ser un juego divertido? ¿Enorme? ¿Claro candidato a GOTY? Radicalmente, NO. Juzguemos los juegos por lo que son, no por lo que nosotros pensábamos que serían, porque eso es totalmente absurdo. Y lo sabéis.

Elige tu destino, Guardián

Aquí en GuiltyBit hemos seguido de cerca Destiny desde el principio, primero con un completo avance, y más tarde y gracias al lanzamiento de la Alfa durante el pasado E3, con unas primeras impresiones. Después de eso, creo que es casi absurdo comentar nada acerca de la historia que rodea este juego, porque además tengo que daros una mala noticia: a la larga os va a dar exactamente igual, lo que no os va a quitar de disfrutarlo muchísimo. Ya sabéis que todo va sobre unos Guardianes cuyo deber es proteger al Viajero y bla, bla, bla… Qué más da, si al final de lo que se trata en estos juegos es de subir nivel y reunir más y mejor botín (ay, el botín, ya hablaremos después del tema) para afrontar los cada vez más difíciles desafíos.

A la hora de crear nuestro personaje, aparte de, evidentemente, el sexo, elegiremos entre las tres razas disponibles (humano, exo e insomne) y las tres clases, Titán, Hechicero y Cazador, a través de un editor que si bien no es excesivamente completo, sí lo es lo suficiente como para diferenciar bien a nuestro personaje. Estas diferencias entre clases se hacen más palpables a medida que vamos subiendo niveles, porque si bien todos pueden utilizar todos los tipos de arma, las habilidades que se van aprendiendo no tienen absolutamente nada que ver entre cada una, amén de las diferencias estéticas.

Es importante elegir bien qué papel vamos a cumplir. Lógicamente, el Titán es el más preparado para combatir, con lo que será nuestra elección si lo que queremos es estar en primera línea de fuego, siendo el caso contrario el Hechicero, y situándose el Cazador en un punto intermedio entre ambos. Está demostrado que hay que actuar de forma coordinada, porque un Hechicero que pretenda hacerse el héroe tiene todas las papeletas para durar un telediario en el campo de batalla.

Como también es importante saber en qué tipos de arma nos vamos a especializar. Tenemos tres tipos: principales (rifles automáticos, de pulsos, semiautomáticos…), especiales (escopetas, de fusión, de francotirador…) y pesadas, de las que hay dos subtipos, ametralladoras y lanzacohetes. Evidentemente, es absurdo que un Titán elija un rifle de francotirador si va a estar liderando el ataque en primera línea, del mismo modo que es igualmente absurdo que un Hechicero se equipe con una escopeta. Además la armadura que utilicemos nos dará ciertas ventajas respecto a los diferentes tipos de arma, como por ejemplo, mayor capacidad de munición para los rifles de fusión, así que… ¿qué sentido tiene equiparnos con una armadura de pecho que nos da esa habilidad si jamás usamos ese arma? Puede que la personalización del personaje no sea excesivamente profunda, pero no son pocas las cosas que hay que tener en cuenta a la hora de customizar a nuestro Guardián.

Unas mecánicas directas y eficaces

No es Destiny un juego que innove jugablemente, presentando un gunplay básico en el que la mayor variedad vendrá de la personalización y especialización de cada uno. Sí es cierto que cada arma tiene sus peculiaridades (si encuentras un rifle automático con una estabilidad decente, directamente te conviertes en el puto amo), con lo que notaremos grandes diferencias entre usar una u otra. Esto tiene como consecuencia el tener que cambiar nuestra manera de enfocar el combate si decidimos cambiar un cañón de mano por un rifle de pulsos semiautomático, si este es notablemente más potente.

Además de los tres tipos de arma que podemos equipar, tenemos un ataque cuerpo a cuerpo (devastador en el caso del Titán) y un poder específico de cada clase (también muy poderoso), con lo que las posibilidades en combate no son pocas, amén de la tremenda capacidad de salto de todas las clases (bien planeando o bien haciendo un doble salto para llegar a lugares más elevados), lo que aporta frenetismo y verticalidad (Titanfall, ejem) a los enfrentamientos. En resumidas cuentas, Destiny ofrece unas mecánicas como shooter lo suficientemente solventes como para no aburrir en ningún momento y ser cada vez mejores soldados.

En cuanto a la IA, las noticias son buenas: es realmente competente. Los enemigos no solo nos atacarán en grupo, sino que cada clase se comportará de una manera distinta, pasando desde los miserables Escoria a los que no tardaremos en ventilarnos, a los pesados soldados Cabal que nos esperan en Marte, contando además con mid-bosses y jefes finales que nos harán sudar la gota gorda,pudiendo extenderse los combates durante un buen rato en los niveles más altos. Y cuando digo un buen rato hablo de media hora, aproximadamente. El comportamiento de todos ellos nos pondrá en más de un aprieto, siendo capaces de atacarnos a larga distancia, lanzar grandas, usar coberturas, ataques cuerpo a cuerpo tremendos por parte de los más poderosos… Todo ello, por supuesto, teniendo en cuenta el nivel de cada uno, que si es superior al nuestro, convertirá estos combates en verdaderos desafíos.

¿Es Destiny un MMO? ¿Un sandbox? ¿Qué narices es entonces?

Uno de las mayores críticas (y más estúpida, dicho sea de paso) que se le ha hecho a Destiny es que no es un MMO. Curioso que alguien lo esperara cuando desde la propia Bungie se han pasado meses y meses recordando que Destiny NO es un MMO. Podemos llamarlo «experiencia cercana al MMO», ya que indudablemente, recoge elementos del género, pero se queda muy corto en posibilidades como para considerarlo un juego online masivo. Es cierto que la estructura de misiones y el encontrarnos a otros jugadores por el entorno yendo a su bola pueden llevarnos a equívocos… pero no. Ni el entorno es lo suficientemente grande ni nos vamos a encontrar con cientos de jugadores (con los que la interactuación es muy limitada) como para pensar en Destiny como un WOW con mecánicas de shooter. Sería absurdo esperar eso.

El mundo de Destiny se compone de tres planetas (Tierra, Venus y Marte), la Luna y la Torre, todos ellos con un diseño absolutamente de genios y una ambientación magistral. El trabajo que Bungie ha realizado a este respecto no se puede calificar de otra manera que no sea esa, y es inevitable ver ciertas reminiscencias a la saga Halo. Esta es una franquicia que nunca me ha gustado, pero sé reconocer que todos y cada uno de los juegos protagonizados por el Jefe Maestro son juegos cuidados, mimados y detallados hasta la enfermedad en este sentido, y Bungie ha seguido en la misma línea con Destiny.

Y es que si bien gráficamente no nos encontramos con un juego puntero, todo lo relacionado con diseño de escenarios, personajes, enemigos y ambentación en general es para quitarse el sombrero. Planetas devastados, naves que surcan el cielo, estructuras complejas, interiores detalladísimos… Bungie ha creado todo un universo en sí mismo que debería dar de sí para mucho más que un juego, y que no nos extrañe ver en el futuro novelas, comics o incluso una película basados en el mundo de Destiny.

Uno de los puntos fuertes de Destiny es la variedad de misiones que nos vamos a encontrar. Además de la historia principal, que nos llevará poco más de diez horas, nos vamos a encontrar con misiones de patrulla (típicas misiones chorra de encontrar X cantidad de un objeto o matar X enemigos) y Asalto, que son las buenas. Estas consisten, básicamente, en resistir oleadas de enemigos una detrás de otra hasta vernos las caras con un jefe final, que dependiendo de la dificultad que elijamos (hay varios niveles, hasta llegar a Imposible si requiere un nivel superior al que tenemos) será un auténtico cabronazo al que nos costará no poco tumbar. Estas misiones son las que conviene hacer en compañía, tanto las de Patrulla como las de la historia principal pueden hacerse en solitario, con lo que concluimos que Destiny es un juego que se puede disfrutar solo… a medias. Lamentablemente, la estructura de todas las misiones es muy estándar, estando la mayoría de ellas limitada a ve a este sitio, mata una oleada de enemigos, sigue avanzando, acaba con otra oleada… Por desgracia, no es difícil caer en una sensación de repetición.

Para tomarnos un descanso entre combate y combate tenemos la Torre, centro neurálgico de los Guardianes, y donde vamos principalmente a canjear los engramas encriptados (objetos ocultos), comprar nuevo equipo, aceptar contratos (desafíos específicos como matar 100 enemigos sin morir, ganar tres partidas en el Crisol, etc…), comprar nuevos colibríes y naves, etc… Conviene visitarla a menudo para prepararse para nuevos retos o simplemente tomarse un rato de relax. Como curiosidad, los momentos en la Torre se desarrollan en una perspectiva en tecera persona, lo que unido a la ambientación, recuerda inevitablemente a Shepard dándose una vueltecilla por la Ciudadela.

Bungie ha declarado recientemente que Destiny es un juego distinto una vez llegamos a nivel 20. Eso es cierto a medias. Cuando alcanzamos dicho nivel se abren nuevas posibilidades como Asaltos Diarios, Asaltos Semanales, y sobre todo, una nueva manera de subir de nivel, extremadamente mal explicada en el juego. Ahora el objetivo es conseguir objetos, armas y armaduras, que contengan luz, única manera de poder seguir haciendo más poderoso a nuestro Guardián, lo que nos lleva al siguiente tema…

Antes hablaba del botín, o utilizando la jerga de los MMO, del looteo. Bien, urge que Bungie meta mano en esto porque es realmente frustrante. No son pocas las veces que vais a pasaros 30 minutos haciendo un Asalto, acabando con un jefe final poderosísimo, para conseguir como recompensa… un arma peor que la que ya tenemos equipada, con lo que no podemos evitar pensar «¿para esto me he pasado yo aquí media hora aniquilando bichos?». Pues sí, la relación dificultad de la misión-recompensa es totalmente desproporcionada, y es de esperar que se arregle con futuros parches y/o actualizaciones. Por si fuera poco, el precio a pagar por las armas y armaduras legendarias es desmesurado, en forma de Enseñas de la Vanguardia o del Crisol. Para hacernos una idea, el equipo de este tipo puede costarnos 150 Enseñas y el Asalto Heroico Semanal que se encuentra activo en este momento nos da como recompensa… 3. Bungie, arregla esto, por favor.

Guardianes se enfrentan

Afortunadamente, la oferta en cuanto a modos de juego, o misiones, no termina ahí, y es que además contamos con un multijugador competitivo, denominado Crisol. En él, nos enfrentaremos a otros guardianes en modos como Control, Enfrentamiento, Disputa, Escaramuza o Rescate (cabe esperar que llegarán más en el futuro) en partidas de, como máximo, seis contra seis. Estos modos, si bien son insuficientes de momento, son realmente divertidos, combinando el frenetismo típico de las partidas de Call of Duty con la verticalidad de (otra vez) Titanfall.

No hay que tener miedo a adentrarse en el Crisol (es más, conviene hacerlo gracias a las, en ocasiones, jugosas recompensas) y encontrarse con jugadores de más nivel, ya que estos combates están perfectamente equilibrados y las ventajas de nivel y clase desaparecen, pero es lógico pensar que un jugador de nivel 20 será más ducho en la batalla que uno de nivel 10, por ejemplo. El filtro del matchmaking debería mejorar. Lo que no es mejorable es la fluidez con la que funciona este modo: no tardamos ni 10 segundos en encontrar una partida, no se aprecia lag de ningún tipo… En este sentido, Bungie ha hecho otro genial trabajo. Mejorable, como todo, pero genial.

En definitiva, nos encontramos ante un shooter que hará las delicias de los fans del género, tratándose además de una experiencia nueva en el mercado de las consolas, disfrutable tanto en solitario como en compañía (si bien más de esta segunda forma). Muchas de las críticas no provienen del juego en sí, sino de lo que la mayoría de la gente esperaba de él, y no ha sido, con lo que de igual manera tenemos por delante un juego fabuloso del que además podemos esperar futuras ampliaciones, no solo en forma de expansión de pago, sino de actualizaciones periódicas que harán que, seguramente, dentro de un año tengamos un juego aún más completo de lo que es hoy, solo una semana después de su lanzamiento. Si estabas ansioso por probar Destiny, mi consejo es que no hagas ni puñetero caso a Metacritic ni a los numerosos troles que pueblan la red, y te adentres en este maravilloso universo que ha creado por mucho tiempo Bungie.

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Pedro Herrero

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