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Final Fantasy Record Keeper – Análisis dispositivos móviles

Lo revival está de moda, y si no, que se lo digan a Square Enix, porque le saca provecho la «joía» con títulos como Theatrhythm Final Fantasy Curtain Call, por ejemplo, o las diversas reediciones de los clásicos en las diferentes plataformas. Final Fantasy Record Keeper es el mismo lobo, pero con piel de oveja de otro color, ya que va a usar nuestros recuerdos más bonitos que tengamos de FInal Fantasy para mantenernos enganchados a la pantalla de nuestro dispositivo móvil, ya sea android o iOs.

El juego, con formato Free to Play, viene de la mano de DeNA. Sí, esa compañía que se ha hecho famosa por pervertir aliarse con Nintendo. Pues es la misma que nos trae esta enésima adaptación de las historias de Final Fantasy.

A recordar cosas

La historia nos lleva a un reino con menos carisma que un príncipe de los antiguos de Disney que, por no tener, no tiene ni nombre. Este reino prospera gracias a la magia de los recuerdos, pero un buen día algo pasa y empiezan a desaparecer. Y ahora que lo pienso, eso no debería de ser un «buen día», sino uno más bien malo… Pensamientos metafísicos aparte, es la excusa perfecta para meternos en los cuadros que contienen esos recuerdos y recuperarlos desde dentro… a lo bestia: metiéndose de leches con lo que hay dentro.

Así pues, el funcionamiento es sencillo. Estaremos en una sala donde existen una serie de puertas, cada una que nos lleva a un reino de Final Fantasy distinto. Evidentemente corresponden a los títulos numerados. Dentro de ellos, se encuentran diversos recuerdos que contienen una parte de la historia de ese juego concreto y dentro de ese recuerdo, habrá distintas estancias con una secuencia determinada de batallas que tendremos que superar. Como las muñecas rusas estas que parecen huevos. Pues así.

Para poder acceder a esas batallas necesitaremos energía ya que cada sala o estancia tiene un coste. Dependiendo de las secuencias de combates que haya (desde una única batalla hasta más de 5 y 6 seguidas), costará más o menos. Al principio, evidentemente, costarán apenas 2 ó 3 de energía, sin embargo cuando lleguemos un tiempo jugando, veremos que el coste se dispara de golpe, y pasarán a costar 5 ó 6 cada sala. De esta forma, un recuerdo de cuatro habitaciones se nos lleva más de la mitad de la energía que disponemos.

Comenzaremos con 30 puntos de energía, sin embargo, conforme vayamos avanzando conseguiremos esquirlas de energía. Cuando recopilemos cinco de éstas, nuestra energía máxima aumentará en un punto. Pero no esperéis encontrar muchas, ya que suelen ser recompensas que nos dan únicamente la primera vez que nos pasamos el juego.

A coleccionar cosas

Todo Final Fantasy Record Keeper se basa en la recolección de recompensas tras las batallas y en las subidas de nivel. Todo, absolutamente todo, tiene niveles en este juego. Nuestros personajes, nuestro equipamiento, nuestras habildiades, nuestros límites y las reliquias. Todo. ¿Y cómo se sube de nivel? Pues con mucha paciencia o mucha pasta.

Empecemos por el principio. Conforme luchemos ganaremos experiencia, y eso hará que nuestros personajes suban de nivel. Empezaremos únicamente con nuestro protagonista, que yo lo he llamado como me ha dado la gana, evidentemente. Sin embargo, iremos consiguiendo muchos más personajes, tanto genéricos, como los guerreros, magos, arqueros, ninjas, invocadores, etc, como los que tienen nombre y apellidos, empezando por Cloud Strife, y terminando por Lightning la pelirrosa.

Podremos asignarle a cada personaje tres piezas de equipo y dos habilidades, y cada uno solo podrá usar de un tipo determinado. El equipo se sube de nivel combinándolos con otras armas que no usemos (y gastando giles). Cuando están al nivel máximo, podremos combinarla con otra pieza exactamente igual, y la ascenderemos de rango y de rareza.

Las habilidades, por su parte, se crean a base de orbes. Cada una, ya sea magia, técnica, invocación o apoyo, costará una serie de orbes de un tipo u otro (y giles, claro). Por supuesto, también suben de nivel, pero esta vez a base de orbes y un montón de giles. Esto aumentará tanto su potencia como el número de usos por batalla que podremos darle, permitiéndonos hacer más ataques molones.

También están las reliquias, que usan elementos especiales para buscarlas, aunque el juego nos da una oportunidad gratuita al día. Eso sí, de baja probabilidad. Si queréis obtener equipo molón rápido, sin tener que mezclar ni nada de eso, ya sabéis dónde está la tarjeta de crédito.

Por último, también tendremos barras de límite que iremos desbloqueando y que son distintos para cada personaje. Esta habilidad tendrá usos ilimitados, pero solo la podremos usar cuando la barra de límite está al completo.

A combatir contra cosas

Lo único que tendremos que hacer en Final Fantasy Record Keeper es vencer a los enemigos de los recuerdos de los cuadros. El sistema es bastante simple y efectivo y nos recordará, sobre todo, al de Final Fantasy VII. Tendremos una barra de turno que se irá rellenando para cada personaje. Cuando se llene podremos seleccionar una de las acciones que le hemos asignado, más usar el ataque básico, la defensa o su límite, si está disponible.

Una vez elijamos el blanco y la acción se iniciará una nueva barra de tiempo que, cuando se llene, hará lo que le hayamos indicado. Dependiendo de la acción, tardará más o menos. Así, los límites y las invocaciones son lo que más tarda en cargarse, mientras que los ataques básicos o habilidades de apoyo tardan apenas un segundo. Las magias de ataque y curación están en el punto medio.

Todo esto transcurre en tiempo real mientras tenemos delante a una serie de enemigos que no suelen presentar problemas. De hecho, si vamos sobrados, que suele ser, podemos darle a «automático» y los personajes atacarán con su ataque básico sin preguntar.

Los que sí suelen dar la vara son los jefes finales, que, conforme avancemos, irán complicándose, con transformaciones, estados alterados o incluso trucos bastante viles que tendremos que aprender para salir con vida de ellos.

Pero hay un elemento más de estrategia. Cada equipo y cada personaje tiene una procedencia, que indica a qué Final Fantasy pertenece. Esos personajes y objetos multiplican sus estadísticas si juegan o combaten en su recuerdo, por lo que es muy importante llevar a todos más o menos a la par, ya que si una fase se nos atragante, lo mejor es meterle personajes de ese Final Fantasy con equipamiento de juego, y la cosa cambia… y mucho.

Una vez entremos en un recuerdo, ya no podremos salir hasta que lo acabemos. Si lo hacemos, perderemos todo lo que hayamos recolectado hasta el momento, incluida la energía gastada. Y si nos matan, idem, aunque, cómo no, podremos gastar magicitas para revivirnos y curarnos. Cuando nos pasamos la mazmorra entera, llega el turno de las recompensas. Según lo bien que lo hayamos hecho tendremos más o menos cosas, y la primera vez que nos lo pasemos desbloquearemos un nuevo recuerdo y posiblemente más cosas, como personajes nuevos o esquirlas de energía.

Además, se nos propone un nuevo reto, que son las mazmorras de élite. Pero no se os ocurra acceder a ellas hasta que no tengáis más de nivel 25 por ahí, porque os van a zumbar de lo lindo.

Todo ello se hace con una fluidez bastante buena durante los combates, pero en los menúes la verdad es que la cosa cambia, ya que parece que fuerce demasiado el dispositivo. Además, si no tienes buena conexión a internet, el juego va muy lento. Demasiado. De hecho, en mi caso, o lo juego con wifi o puedo tardar 3 ó 4 minutos en acceder a una sala de una mazmorra… un verdadero suplicio para un juego que debería de ser rápido.

A esperar cosas

Así de simple y de complejo es el juego a la vez. Si queremos jugar necesitaremos energía. Para conseguir objetos necesitaremos jugar. Y para poder mejorar el equipo necesitaremos giles. Al principio es muy fácil subir de nivel y conseguir cosas, pero llega un momento, a partir del décimo recuerdo lo notaréis, que la dificultad se dispara, y los costes por recuerdo son muy elevados, por lo que solo podremos hacer una o dos mazmorras por ratito.

Luego, tocará esperar a rellenar la energía, como viene siendo costumbre, entre media hora y una hora pero se puede pasar por caja, cómo no, para compra magicitas o energía, que podemos cambiar luego por más partidas, objetos y demás cosas, así que, siempre está esa opción si os desesperáis demasiado.

Si no, tenéis delante un gran juego, muy entretenido y muy adictivo, que juega con los sentimientos, ya que cada fase tiene las músicas de sus juegos, sus enemigos y hasta sus estrategias. Así que igual os quedáis embelesados con las músicas, sobre todo, y esos gráficos tan pixelados y tan nostálgicos que van a hacer las delicias de los creadores de hama beads, como un servidor.

Manu Mora

Friki de GuiltyBit. Colaborador, padre y fan incondicional de Sonic, todo al mismo nivel. ¡Ah! Y maestro absoluto del látigo, aunque ya no lo use mucho.

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