Forza Horizon 3 – Análisis Xbox One

La fiesta ha vuelto. La rama más cañera de la saga Forza no pierde el ritmo y regresa a Xbox One para demostrar que cochazos, música y ambiente gamberro no desmerecen un resultado increíble. Forza Horizon 3 propone un viaje a velocidad insensata, pero antes de arrancar, ponte el cinturón.

El Festival Horizon se muda de tierras a europeas a Australia, paraíso de canguros, koalas, nueve de las diez arañas más venenosas del mundo y tiburones asesinos. Por suerte, nada de eso nos afectará a bordo de los bólidos que conduciremos (bueno, siempre puedes llevar un koala de acompañante) mientras expandimos nuestro evento. Porque si, eres el jefe del Festival Horizon, y tú te encargas de su destino.

Siguiendo la tradición, el juego nos pone a los mandos de una serie de vehículos increíbles mientras nos abrimos paso a la inauguración. Es verano en el continente oceánico y la gente tiene ansia de velocidad y desenfreno. Eliges tu avatar (si amigas, al fin podéis elegir un rostro femenino) y un nombre (que el juego usará para llamarte) de entre una larga lista de opciones. Rápidamente nos ponemos en faena.

Como ya hemos remarcado, el Festival llega a Australia y debemos expandirlo por todo el territorio disponible. Para ello debemos ganar adeptos, y será nuestra habilidad con el volante y nuestra pericia con las curvas lo que haga que cada vez tengamos más amigos.

Para llegar al público, debemos superar una serie de pruebas repartidas por el mapa, ya sean carreras de varias vueltas, sprints de un punto A a B, pasar a cierta velocidad por un control de radar (esta prueba le gusta mucho a la DGT) o eventos de publicidad, entre otros. Una vez logremos los suficientes seguidores, podremos abrir una nueva «sucursal» en una zona del mapa, y según la que elijamos, los retos  necesitarán de un tipo u otro de coche.

Para superar estas pruebas es obligatorio tener a la última a nuestro metálico corcel. En el garaje podemos hacer una puesta a punto de las características del vehículo, mejorando tanto su velocidad  como su manejo y su frenada. Lejos de las posibilidades milimétricas de Forza Motorsport, Horizon 3 simplifica este aspecto para aquellos no tan ducho en el tema, o que simplemente no quieren quemar neuronas para ganar milésimas al reloj.

Y si eres de los que pasa de todo, existe la opción del Pack de mejoras, que evalúa tu coche y decide qué cambios hacer. El colmo de la vagancia. Los cambios que hagan se plasmarán de manera brillante en la conducción. Pero ojo, para efectuar estos cambios necesitamos dinero, que también ganaremos al superar pruebas.

El aspecto estético merece una mención aparte. Las posibilidades de personalización del vehículo son casi infinitas, y más si añadimos los modelos que podemos descargar de internet. Es admirable la atención al detalle que se ha tenido con cada modelo de vehículo.

Hablemos del escenario. Forza Horizon 3 cuenta con kilómetros de carretera y campo por los que correr. Cada vez que ampliemos el Festival se nos entregará un coche gratis, y ese vehículo estará adaptado a las características del terreno donde nos hayamos asentado. La conducción en Forza es muy gratificante. Una vez nos hayamos adaptado a las exigencias de cada coche, desplazarse y correr será un quemador de horas de vida. Si aún así no quieres ir de una punta a otra, Forza Horizon 3 añade el dron, que hace las veces de «viaje rápido» para no gastar tiempo quemando rueda. Y no nos olvidemos de Anna, asistente virtual que vuelve en esta entrega. Los poseedores de Kinect deberán rescatarlo del armario porque le van a dar uso. Solo con exclamar «Ok Anna», el asistente desplegará una serie de opciones para llevarnos tanto a eventos como a diferentes sitios. Si careces de Kinect, el botón inferior del pad direccional abrirá este pequeño menú.

Vale, ya conocemos qué nos espera en la campaña individual, pero ¿qué hay del multijugador?. Como gran novedad en esta entrega tenemos el modo cooperativo de hasta cuatro jugadores, en el que tú, junto con tres compinches, podéis acabar el modo campaña.  Muy probablemente os acabéis picando y compitiendo entre vosotros, para lo cual disponéis de los clásicos modos competitivos para demostrar quien es el mejor. A la hora de realizar este análisis, el modo online no ha presentado caídas, lags ni fallos destacables.

Gráficamente, Forza Horizon 3 es maravilloso. Es digno de destacar el mimo que se ha utilizado a la hora de tratar el modelado de los vehículos. Otros aspectos que podrían parecer menos importantes, como las localizaciones o el paisaje, han tenido un trato espléndido, mostrando una variedad y una belleza que muchas veces se echa en falta. Los efectos climáticos son espectaculares, y su efecto dinámico encaja a la perfección durante los eventos o el juego libre.

El apartado sonoro cuenta con ocho emisoras de radio (música electrónica, rock, sonido drum and bass, hip-hop y música clásica) las cuales reúnen más de 150 canciones. Lo curioso es que no estarán todas disponibles de inicio, y debemos desbloquearlas (a modo de «fichajes») según avancemos en nuestro viaje, algo que algunos verán como curiosidad y otros encontrarán molesto. En lo que a efectos sonoros se refiere, cada vehículo cuenta con un sonido propio, diferenciable y realista.

Como puntos negativos, podemos acusar cierta falta de originalidad en las pruebas, lo que genera una desagradable sensación de repetición. Además, el juego no deja de darnos información en pantalla, algo complicado de atender en medio de una carrera, generando confusión y llegando a despistar

Forza Horizon 3 hace que la conducción sea una fiesta. Ante nosotros, horas y horas de curvas, derrapes y rivales duros de roer. Con unos interesantes añadidos y el buen hacer heredado, el Festival Horizon tiene más ritmo que nunca.