Las máquinas dominan el análisis de Generation Zero para PlayStation 4

No sabemos si la rebelión de las máquinas comenzó en una tienda de Ikea, pero en nuestro análisis de Generation Zero nos tocará visitar Suecia.

Es posible que no haya tenido la publicidad o repercusión de otras obras como Far Cry: New Dawn o Metro Exodus, pero el título que hoy nos ocupa tiene sus bondades. Lo malo es que también posee algunos defectos que, sin lastrar del todo la experiencia, sí que le hacen bajar puntos. Veamos los pros y los contras en nuestro análisis de Generation Zero, realizado con una copia para PlayStation 4.

Los chicos de Avalanche Studios no son precisamente nuevos en esto de los videojuegos. Juegos como Mad Max, la saga Just Cause o el esperado Rage 2 son sólo algunos ejemplos de cómo se las gastan estos desarrolladores. Para este último trabajo, han decidido prescindir un poco de la épica y espectacularidad de la que suelen hacer gala. De este modo, nos traen una aventura distópica en la que prima la exploración y la soledad. Bueno, aunque siempre puedes pedir ayuda a algún colega.

Vamos a comenzar comentando que aunque sus proyectos suelen ser AAA, este último se acerca más a una obra independiente. Cierto es que los recursos habrán sido mayores que en otros indies, dado el estudio encargado de su creación, pero el grueso de los trabajadores están absortos en la fase final de Rage 2, por lo que la cantidad de empleados para este desarrollo no ha sido tan amplia como en otras ocasiones. Y la cuestión es que este hecho se termina notando. Pero comencemos por el principio.

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Volvemos a los años 80

El argumento nos sitúa en una Suecia a finales de los años 80. Este país tras lo sucedido durante la Segunda Guerra Mundial, ha decidido centrarse en mejorar sus defensas. Para ello han optado por potenciar su tecnología. Nuestro protagonista regresa a casa tras unas cortas vacaciones, sólo para comprobar que no queda nadie con vida. Así que nos tocará buscar a algún superviviente, mientras investigamos lo sucedido a nuestro hogar.

La historia, junto con la ambientación, son los puntos fuertes del juego. Estamos ante un shooter en primera persona localizado en un enorme mundo abierto. Desde el primer momento, tendremos total libertad para ir donde queramos. Por supuesto, tendremos que conseguir equipamiento si queremos sobrevivir. Cualquier casa, garaje, cobertizo o granero puede contener un arma, munición o valiosos botiquines. Y no sólo eso, ya que también podremos encontrar en esos lugares cualquier pista que nos indique donde se encuentra la población.

Todo esto hace que la experiencia sea de lo más inmersiva. No tenemos a nadie que nos indique el camino a seguir o que nos cuente lo sucedido. Eso lo iremos descubriendo a nuestro ritmo y en un orden indeterminado, por lo que nos tocará unir el puzle a nosotros mismos. Para ello, las notas o grabaciones que descubramos son vitales. Además, estas serán las que activen las misiones del juego.

La rebelión de las máquinas

Durante nuestros viajes por el enorme mapeado, tarde o temprano nos cruzaremos con nuestros enemigos. Para nuestra sorpresa, estos no serán soldados de algún otro país, sino máquinas con conciencia propia. Estos robots, cada vez que nos vean no pararán hasta terminar con nosotros o quedar destruidos en el intento. Y aquí viene uno de los problemas de Generation Zero, la IA.

Las bestias mecánicas que pueblan este nuevo mundo no están del todo bien programadas. Por un lado te pueden oír a una distancia tan grande que en ocasiones ni siquiera las veremos pero luego a unos pocos metros de nosotros tardan bastante en vernos. Eso sí, una vez comienza el combate, son unas auténticas salvajes que nos eliminarán en pocos disparos. Aunque de nuevo en ocasiones se quedan paradas de frente a nosotros tardando varios segundos en disparar. Eso sí, no se quedan bugeadas en medio de alguna pared o roca.

Tampoco es que haya mucha variedad de ellas, aunque al menos cada una tiene sus patrones de ataque y armamento diferentes. La verdad es que aun con sus fallos, las batallas que nos proponen son sumamente exigentes.

Equipando a nuestro héroe

Para poder luchar contra ellas, podremos añadirle varias destrezas a nuestro personaje. Estas las elegimos de entre cuatro árboles de habilidades diferentes que son Combate, Apoyo, Supervivencia o Tecnología. En cada una tendremos 12 capacidades diferentes, y muchas con más de un nivel. Lo malo es que deberemos ir en orden. Es decir, que si por ejemplo queremos desbloquear la quinta de la rama de tecnología, habremos de comprar primero al menos el primer nivel de las cuatro anteriores.

El modo de conseguir liberar estas competencias, será subiendo de nivel a nuestro protagonista. Para ello recibiremos experiencia al eliminar enemigos o completar misiones. Aunque al principio nos costará lograr ambas cosas, por lo que el comienzo de la aventura se hace algo lento. Además estos encargos no tienen mucha variedad, y casi todo se reduce a ir a un lugar y buscar o destruir algo.

Otra gran ayuda para conseguir este objetivo serán las armas que portaremos. Pistolas, subfusiles, o rifles, siempre que los encontremos previamente claro. Cada una de estas tiene su propio tipo de munición, de la que además hay varios tipos. Algunas son mejores para eliminar blindaje, y otras hacen mayor daño. Del mismo modo, este armamento será de diferente nivel dependiendo de su estado. Además, podremos mejorar sus estadísticas acoplándole diversos accesorios como miras, cargadores o silenciadores.

Por si con esto no fuese suficiente, encontraremos otros objetos útiles como granadas, baterías PEM, botiquines o chutes de adrenalina. Estos últimos, nos servirán para revivir cuando muramos, levantándonos con sólo 20 puntos de vida. Si no queremos gastarlo, volveremos al anterior refugio en el que descansamos. Teniendo en cuenta la enorme superficie por la que nos movemos, y que no hay ningún tipo de vehículo, hay que pensarse muy mucho darle o no uso.

Se busca arquitecto, razón Suecia

Como ya hemos dicho, el modo de obtener este equipamiento será buscar hasta debajo de las piedras. Incluso las máquinas que destruyamos pueden tener algunas valiosas balas. Pero donde mayor cantidad encontraremos será en coches y edificios. Y aquí tenemos otro de los defectos del juego, la poca variedad de escenarios.

Ya hemos comentado que el mapa es inmenso, y hay varias localizaciones a encontrar. Por el camino visitaremos casas dispersas, pueblos, almacenes o búnkeres subterráneos. Lo malo es que parece que sólo hubiera un arquitecto para toda Suecia. Cada casa que pisemos, será altamente similar a la siguiente y lo mismo ocurre con el resto de edificaciones. Aquí es probablemente donde más se nota la falta de personal a la hora de crear el videojuego.

Eso sí, la ambientación está muy lograda. Ya desde la creación de nuestro personaje, observamos lo fiel que llega a ser la estética ochentera en el título. Tanto los peinados como la ropa nos llevan de vuelta a esa época. Un apunte sobre las prendas es que algunas de ellas nos otorgarán mejoras como resistir mas balazos, disminuir nuestra visibilidad o hacer menos ruido. También veremos plasmados estos 80 en los coches, los posters de las casas, esos míticos ordenadores o algunos cassettes que encontraremos en forma de coleccionables.

Gráficos y sonido

Gráficamente, estamos ante un trabajo que si bien no sorprende ni está entre los top de la actual generación, es bastante sólido. La iluminación está muy lograda, y nos deja estampas preciosas cuando vemos los rayos de sol a través de los árboles por ejemplo. Existe ciclo de día y noche y climatología variable, la cual está muy bien recreada. Tampoco deslucen en absoluto las explosiones de las máquinas o las chispas que surgen de su blindaje cuando les disparamos.

Del mismo modo las texturas no son malas, aunque el diseño del juego tiene un toque minimalista por lo que no destacan. Lo que si funciona bien es el rendimiento. Quizá ayude que gran parte de los escenarios no estén muy copados de objetos, pero no hay ralentizaciones ni con varios enemigos a la vez.

Siguiendo con la estética de esa época, la música ayuda mucho a crear atmósfera. Aunque las melodías no son especialmente remarcables, sí que nos evocarán al cine de acción distópico de los 80. En ocasiones nos recordarán a la primera película de terminator, y en otras a Stranger Things.

También los sonidos rayan a buen nivel. Los pasos sobre diferentes superficies, el sonido de las computadoras o los disparos, están fielmente recreados. Mención especial merecen los ruidos de las máquinas. Nos pondremos en tensión cada vez que las oigamos. Sin verlas siquiera terminaremos por reconocerlas sin problema.

A todo esto, casi se nos olvida comentaros que tendremos la opción de jugar toda la aventura en cooperativo hasta con cuatro amigos. Y la verdad es que, aunque jugar en solitario puede ser más inmersivo, siempre hay mayor diversión en compañía. Además, vista la dificultad en algunos momentos, parece pensado especialmente para ello.

Conclusiones

Estamos ante un juego a medio camino entre un triple A y uno independiente, con todo lo que esto conlleva. Con unos gráficos bastante decentes, aunque sin llegar a lo mejor de esta generación, con un mapa enorme, aunque algo vacío, en el que se repiten a menudo las edificaciones. Su jugabilidad es exigente, aunque la IA tiene fallos que desvirtúan un poco la experiencia pero sin arruinarla.

Su estética y apartado sonoro son un punto a su favor, metiéndonos de lleno en la aventura. Quizá la mayor pega de Generation Zero en general es que termina por volverse repetitivo en unas horas. Eso sí, el querer desentrañar lo sucedido nos picará a seguir jugando. De todos modos es una obra interesante que merece la pena ser jugada. Eso sí, el que busque aquí un shooter cercano a Call of Duty o Battlefield no lo encontrará.

Allons-y!