Preview de Atelier Ryza 2: Lost Legends & the Secret Fairy

Tres años después del primero llega una nueva aventura. Os hacemos una preview de Atelier Ryza 2, y os contamos las novedades de esta secuela.

Koei Tecmo y Gust están de vuelta con una de sus sagas fetiches, y esta vez, y sin que sirva de precedente (por el momento), es una secuela que nos vuelve a poner en la piel de la misma protagonista que en el primer juego. Nosotros hemos podido acceder a una versión anticipada del juego y gracias a ella os traemos esta preview de Atelier Ryza 2.

Volveremos pues a tomar los mandos de nuestra querida Ryza, ahora convertida en alquimista de verdad. No tendremos cambios sustancialmente grandes, ya que estamos en el segundo juego de una saga de Atelier. Pero sí que hay suficientes cambios como para hacer que la cosa tenga un aroma a fresco.

Un nuevo mundo

Atelier Ryza 2 nos pone de nuevo en la piel de Ryza, como es obvio. Esta vez, sin embargo, no partiremos exactamente desde cero ya que la chica es toda una alquimista. En su isla tiene un taller de alquimia y es reconocida por todo el pueblo. Esto es precisamente lo que le lleva a iniciar una nueva aventura: una petición muy singular acerca de un huevo iridiscente que, sin saber porqué exactamente, ha empezado a brillar.

Con esta excusa Atelier Ryza 2 nos sacará de la isla que fue el escenario del primer juego y nos presentará la capital del reino. A partir de ahora esta se convertirá en nuestra nueva sede y desde la que emprenderemos todo tipo de misiones.

Eso sí, habrán pasado tres años, pero desde luego Ryza es igual de inocente (y lentita) que entonces. Ha mejorado en cuanto a confianza, desde luego, pero parece que el estilo de las alquimistas de Gust sigue siendo el mismo que el de siempre.

Es precisamente esta evolución la que los desarrolladores quieren que veamos. Normalmente tenemos juegos de la franquicia divididos en packs de tres. Estas subsagas, aunque tienen una historia común, suelen presentar protagonistas distintas entre ellos y van entrelazando sus caminos. Sin embargo, tal y como nos han comentado en la entrevista que hemos podido tener con ellos, esto no permitía desarrollar la historia y la personalidad de los protagonistas que ellos buscaban.

Si en Atelier Ryza vimos cómo nacía la alquimista y cómo se establecían los vínculos de su juventud, ahora vamos a ver un paso más allá: la madurez de la chica y su consolidación como alquimista. Por supuesto, no es la única que cambiará en este camino ya que sus compañeros (algunos antiguos y algunos nuevos) también crecerán con ella.

Es, desde luego, un enfoque algo distinto a lo que hemos visto hasta la fecha y confirma, una vez más, que la saga ha pegado un cambio bastante importante con Ryza.

Más exploración

Como he dicho antes, el juego es una secuela y como tal toma como base al primero. Esto implica que vamos a volver a ver las mecánicas que lo caracterizaron como la exploración o el combate activo. Sin embargo, hay algunos elementos que se han añadido con muchísimo acierto.

Uno de los que más cambia es la exploración. Ya desde el inicio nos dejan claro que hay muchas novedades. Solo con el mero hecho de poder trepar o nadar abren un mundo realmente grande. Los escenarios ya no se cortan «porque sí», sino que se pueden continuar y nos dejan ver muchísimas formas nuevas de recolectar o llegar al destino.

No solamente encontraremos objetos en tierra, ahora el agua tiene muchas cosas que ofrecer. Es un pequeño punto más de complejidad que, a estas alturas de la saga, se agradece bastante.

De esta forma ahora vamos a entender mucho mejor la diferencia entre algunos objetos que, hasta ahora, se encontraban solo en orillas. Hay que replantearse buscar algunas cosas en determinados sitios que antes no eran accesibles.

También he notado un cambio interesante en el tamaño de algunos mapas. Ahora no estamos en la isla del primero, sino que hemos ido al continente. Además de la gran ciudad, bastante más poblada que nuestra primera localización, los alrededores son bastante más grandes y amplios. Hay que explorar más y recorrerlos más.

Un combate más accesible

Otro elemento que ha cambiado con respecto a la primera entrega es el combate, aunque sigue tomando como base el de ese juego. Estamos en un sistema que mezcla nuevamente el combate por turnos y el tiempo real. Es decir, tendremos una barra de acción y cada personaje se irá acercando al centro de ella con su velocidad. Cuando llegue a ese punto actuará. Si lo tenemos seleccionado, podremos decidir qué acción usar con él. Si no, entonces ejecutará una acción predeterminada en función de las órdenes que estemos usando en ese momento.

En este sentido es igual que en el primero. También encontraremos que los puntos de habilidad de consiguen con los ataques y las defensas y que los objetos se pueden usar cuando conseguimos cierta cantidad de CC pero, a cambio, no se gastan nunca.

Lo que ha cambiado es la forma de acceder a los menús. Ahora es más rápida y más directa, como requiere un sistema de este tipo. Con un solo botón podremos ejecutar las acciones rápidamente cuando llegue el turno. Una vez que hayamos manejado bien esto, podremos empezar también a controlar a nuestros compañeros. Pero eso ya requiere un poco más de práctica.

Volver a jugar ahora a Atelier Ryza después de haber probado el sistema de combate es algo que, aunque parezca una tontería, se hace un mundo. Es más intuitivo este nuevo pero también da la sensación de que es más rápido aún. Pero tranquilos, nos dan bastante tiempo para que nos acostumbremos ya que los enemigos iniciales no atacarán mucho. Eso si, no os durmáis en los laureles porque pronto tendremos que tener un control bueno sobre los protagonistas para sacarle provecho a todos.

Artísticamente continuista

Si nos metemos ya en la dirección artística del juego, vamos a ver que continua en casi todos los sentidos el guion del primero. Las melodías tan típicas de los Atelier siguen dando paso a esta nueva saga y el diseño de los personajes se mantiene fiel también.

El título lo hemos jugado en PC con una configuración gráfica bastante exigente y no hemos tenido problemas de rendimiento. Aunque, si los hubiésemos tenido, hay que recordar que estamos ante una versión que no es la definitiva. Esto implica que seguramente la versión final será más eficiente y tendrá menos problemas de este tipo.

Este hecho de que sea continuista no quita que haya que alabarlo. Sigue siendo un gran cambio con respecto a lo que vimos en la anterior saga y consigue transportarnos a esas sensaciones que busca que encontremos. La tranquilidad del bosque, la seguridad de casa, la alquimia…

¡La alquimia! Que casi se me olvida hablar de ella y es de lo principal del juego. Como en cada título de Atelier, la síntesis se ha cambiado para dar un estilo diferente. Se mantiene el sistema de creación de objetos, es decir, podremos meter todos los elementos que queramos en la receta para ir desbloqueando nodos. Sin embargo ahora tendremos un árbol de recetas y habilidades que tendremos que ir desbloqueando a base de crear, crear y crear aún más objetos con alquimia.

En este sentido no ha cambiado demasiado, pero sí que nos da la posibilidad de elegir qué camino queremos tomar a la hora de hacer objetos.

Conclusiones de la preview de Atelier Ryza 2

Atelier Ryza 2 sigue siendo un juego que promete bastante. El título de Gust tiene lo mejor de su predecesor y le añade algunas novedades para que veamos el cambio. Estas son importantes y realmente hacen que el juego crezca.

La historia sigue siendo igual de azucarada de siempre y Ryza… es Ryza, no puede evitarlo. Pero sí que es cierto que vemos una evolución del personaje del uno al dos. Por el momento la verdad es que lo que he jugado y probado me ha gustado mucho y sigo pensando que están en el buen camino.

Un título más robusto, adecuado a la velocidad de hoy día y con un sistema más profundo de exploración (sobre todo) y más libertad a la hora de elegir qué queremos crear y cómo. Todo un acierto este Atelier Ryza 2.

Si ya en su día dije que el primero era el mejor Atelier hasta la fecha, este va por el camino de hacer lo mismo de nuevo.