Análisis de Senran Kagura: Estival Versus para PC

Si os gusta el anime y la sexualización más absurda y extrema deberíais ver nuestro análisis de Senran Kagura: Estival Versus para PC

¿Estáis cansados de juegos que se esfuerzan por construir una buena historia? ¿De una innecesaria profundidad que entorpece vuestra diversión? ¿De videojuegos japoneses que no enseñan suficiente chicha? No busquéis más, os traemos lo que con tanta ansia esperabais. El húmedo y caliente análisis de Senran Kagura: Estival Versus para PC.

Os adelanto que este juego es tremendamente sexista y lo juzgaré con dureza, y ambas cosas podrían herir vuestra sensibilidad. Este título es el último para PC de la franquicia Senran Kagura, compuesta por ocho juegos, otros tantos mangas y una adaptación anime. ¿En qué consisten? En un argumento ridículamente pobre o también conocido como excusa para convertir un juego de lucha en pornografía. Os dejo su tráiler de lanzamiento en PC (salió originalmente en PS4 Y PS Vita en 2015) y ahora seguimos con el análisis de Senran Kagura: Estival Versus.

Solo con ver esto y con saber que tiene también un título de cocina y un shooter con pistolas de agua y en bikini, ya os hacéis una idea de por donde van los tiros. Empecemos el análisis de Senran Kagura: Estival Versus con algo sencillito, la historia.

Un guión de medio folio

Un harem de waifus que abarca todos los tipos de chicas anime que existen (es decir, la tímida, la arrogante, la pequeña super jovial, la emo, etc.), además de mezclas y sucedanios hasta llegar a 24 personajes jugables aparecen de pronto en una isla tropical. Todas estas muchachas son guerreras ninja (aunque de ninja tienen poco) y han sido convocadas allí para realizar una prueba. Estamos hablando de un festival donde los vivos pueden estar con los shinobi muertos, además de luchar y exibirse. Algunas tienen una especie de mini trama por llamarlo de alguna forma. Pero repito, todo es una excusa mal desarrollada para meter combates genéricos.

El principio del juego ya empezó a olerme a chamusquina. La voz de una anciana muy pesada contaba lo necesario para saber qué es un shinobi mientras sonaba música de esta que descargas sin copyright, y se sucedían unas ilustraciones de paisajes con un filtro borroso. Mala señal. Al minuto de empezar la cinemática de inicio ya se veía temita y empezaban a azotarse y a hacer comentarios sexuales. Además, todas las conversaciones que he presenciado en el juego son muy estúpidas, es como vivir en un bucle de episodios de relleno de un anime calenturiento.

¿Armadura? Prefiero un bikini

Existen 3 tipos de combates en Senran Kagura: Estival Versus. La lucha contra hordas al estilo Dinasty Warriors, el combate contra otra chica shinobi y la mezcla de estos dos. Las hordas carecen de IA y no solo son carne de cañón, sino que salvo un par de clases de enemigos la mayoría son poco originales y excesivamente clónicos. Como era de esperar, estos rivales son también mujeres en bikini y encima reutilizan algunas skins de enemigos de su predecesor.

Los enfrentamientos contra otra protagonista me hacen especial gracia. Como el sistema de combate está tan limitado (de hecho todas tienen movimientos casi idénticos), y la inteligencia artificial brilla por su ausencia, la única forma que se les ha ocurrido para hacer de estos duelos un reto ha sido meter varios rivales de golpe. Es lamentable.

Profundicemos en el sistema de combate. Podemos realizar golpes rápidos con un botón y golpes pesados con otro, y la capacidad para realizar un combo con ellos es más que limitada. No solo no hay casi cadenas de golpes, por no decir que solo hay una, sino que encima al parar de correr, bloquear o realizar un golpe nuestro personaje se quedará inmóvil un segundo. Puede parecer muy poco tiempo, pero tener que luchar a trompicones y con tosquedad puede suponer una gran diferencia.

¡Mirad esos mogambos!

Cabe destacar que los ataques especiales y las transformaciones son espectaculares. De hecho, los primeros son el recurso básico para ganar cualquier pelea. ¿Para qué dar golpes ligeros que no quitan casi vida cuando de dos golpes especiales gano la pelea? Y como no podía ser de otra manera, es muy fácil farmear ataques especiales. Por otro lado, las transformaciones son básicamente cambiarse de ropa a lo Sailor Moon pero de una forma más sexy. Supuestamente cambia la forma de luchar del personaje, pero apenas se aprecia.

Los escenarios son insuficientes en muchos aspectos. Son feos, están muy limitados y se repiten hasta la saciedad. Con texturas pobres y elementos clonados y mal posicionados, como un par de barriles con objetos dentro. Lo único positivo que se puede sacar es que si vences a los rivales en determinadas posiciones tiene una animación diferente. Estampándolas contra un cristal, envolviéndolas en la red de voleibol o incluso colgandolass de un árbol.

Al igual que con los escenarios, la música podría servir para cualquier otro juego o ser remplazada y no importaría. Es cierto que tiene algún temazo fresco y con ritmillo pero por lo general son bastante reemplazables. Las voces en japonés cumplen con su cometido, haciendo que todos los personajes sean adorables a su manera.

A nivel general, su apartado gráfico está enfocado a maravillar con los propios personajes. De esta manera, los escenarios y enemigos genéricos son bastante pobres, pero las protagonistas son espectaculares. Tanto el propio modelo (haciendo incapié en la física de los pechos) como los efectos de sus ataques.

Es como si no llevara nada, llevara nada, llevara nada…

Volvamos un momento al menú de inicio que tiene un par de cosas reseñables. Aparte del modo historia con siete días de combates repetitivos y niveles arcade también tenemos un modo online vacío en PC, una tienda y el vestidor. En la tienda podremos adquirir diversos trajes, complementos, poses y gestos para nuestros personajes, además de fotos sexys y canciones de la banda sonora. También podemos elegir que personaje del juego queremos que haga comentarios al recorrer dicho menú. Minipunto por el detalle. Pero vamos a por lo indignante absoluto, el vestidor.

Dicha estancia sirve para cambiar el atuendo y la postura de cualquiera de las protagonistas, así como hacerles fotos. Hasta aquí no hay más problema, pero el tema llega cuando quitas la interfaz y pulsas los dos joysticks. Entonces salen dos manos con las que podemos azotar a la chica, estrujarle los pechos e incluso darle un besito. Además de hacer zoom y girar el modelo como queramos, obviamente. Entonces es cuando el juego de lucha se convierte en una copia de Rapelay. El videojuego en el que podías violar a tres chicas.

Conclusiones anti-erecciones

Para terminar el análisis de Senran Kagura: Estival Versus os dejo unas palabras sabias.

Estoy seguro de que en Japón esta saga es una joya super ventas, pero si en occidente vemos esto y no se nos remueve algo por dentro es porque no valoramos al sexo femenino como deberíamos. Además de no respetar al propio videojuego, ya que este tipo de productos que priorizan una pulida sexualización antes que los aspectos reales de un título contaminan la imagen que la industria debería proyectar. Luego nos quejamos de que no se nos toma en serio. No soy la inquisición, no hay que desterrar cualquier juego que sexualice a algún personaje. Por ejemplo Nier: Autómata está protagonizado por un antroide con un culo que mueve montañas, pero detrás de esas nalgas hay un juego sólido.

Si quieres ver una serie anime adelante, si quieres un juego estilo anime perfecto, pero si quieres porno ve a internet. No estropees un medio al que ya de por sí le cuesta levantar cabeza y autoproclamarse maduro.