Atelier Firis: The Alchemist of the Mysterious Journey – Análisis PlayStation 4

Gust nos trae el nuevo título de Atelier con un cambio bastante profundo en la exploración y una duración que roza lo inacabable. Sin embargo también nos deja muchas sombras en él.

La saga Atelier llega un nuevo año como la primavera, el verano o el otoño (el invierno si eso nos lo saltamos). Y esta vez lo hace con novedades suculentas bajo el brazo que van a gustar mucho a los fans de la franquicia.

Sin embargo, quizás precisamente por la aparición de estos cambios, la verdad es que ha habido otros aspectos que han quedado muy desatendidos en Atelier Firis. Personajes vacíos, sistema de alquimia sin muchos cambios, fallos gráficos, una historia bastante «meh»…

Pero no seamos así. Vamos a empezar por lo bueno, que siempre hace más ilusión. Atelier Firis nos pone en la piel de la enésima aprendiz de alquimia que vamos a manejar en nuestra vida. Sin embargo, y a diferencia de otras, Firis no ha oído hablar en su puñetera vida de lo que es la alquimia.

Ella vive en un pueblo muy nazi donde no dejan que la gente salga de la ciudad bajo ningún concepto si no hay algún motivo para ello. Es más, si lo hacen tienen que volver.

Firis, por supuesto, no está dentro de las personas que pueden salir, pero su máxima ilusión es esa. Por ello cuando se cruza en el camino de Sophie y Platcha (las protagonistas del anterior Atelier), decide aprender alquimia para poder salir a ver mundo.

Sin embargo, no todo esto es tan fácil, ya que solamente si consigue superar el examen de alquimista podrá ser libre y viajar por donde le dé la gana. Si no, tendrá que volver al pueblo sin rechistar.

Esta es la extraña historia de Atelier Firis, culpables. Una historia que, muchas veces es capaz de sacarnos de quicio por las locuras que cuenta y cómo las cuenta, pero que no deja de ser un hilo para guiar a nuestra pequeña protagonista en su periplo hacia conseguir las recomendaciones para poder pasar el examen en menos de 365 días.

Y sí, hablo de tiempo límite porque a diferencia de Sophie, esta vez el tiempo vuelve a ser importante. No es un elemento que nos destroce la vida, pero siempre está ahí para recordarnos que tenemos un límite para poder conseguir sacarnos el título.

Sin embargo, el cómo lo vamos a hacer es bastante distinto ya que el gran cambio en Atelier Firis es el mapa del mundo. Ahora no tendremos pequeñas zonas de apenas unos metros donde ir a recolectar. Ahora tenemos un mundo muchísimo más grande que explorar, con caminos secretos, grutas ocultas, publados escondidos y, por supuesto, millones de enemigos y misiones secundarias.

Gracias a esto, Atelier Firis consigue destacar muy por encima de sus predecesores ya que investigar un mapa que no está descubierto desde el principio es una delicia. Encontrar materiales, luchar contra nuevos enemigos, explorar cuevas sin la ayuda del mapa… Hay muchos alicientes para ir dando vueltas por ahí sin preocuparnos más que en el tiempo límite que tenemos para poder cumplir nuestro objetivo.

Y es que el viaje es el tema central de este Atelier, como su nombre indica. Precisamente por ello se le ha puesto mimo en las localizaciones y veremos lugares bastante distintos entre ellos, desde montañas nevadas hasta las típicas praderas y pueblecitos, pasando por estepas y bosques, por supuesto.

Sin embargo, la nueva forma de explorar le da una dimensión mucho más grande a este Atelier. Ya no consistirá solamente en ir de un sitio a otro en localizaciones del mapa. Ahora tendremos que recorrerlo entero de pe a pa para poder encontrar lo que buscamos… e intentar no perdernos en el intento.

Además, en cuanto viajes un poco te darás cuenta que no podrás verlo todo a la primera. Habrá que desbloquear equipamiento y nuevas habilidades para poder romper rocas, pasar sobre el agua o llegar a determinados sitios. Y esto hace de la exploración algo muy interesante en el juego.

Precisamente por este tema del viaje, también ha cambiado un poco el Atelier. Ahora tenemos uno que nos acompaña y que podremos personalizar a nuestro antojo. Esto nos permitirá ampliar nuestros recursos, mejorar la alquimia, conseguir potenciadores para las recetas o incluso para los aliados.

Todo ello lo iremos descubriendo muy poco a poco porque, si de por sí los Atelier son largos, Atelier Firis se luce en este aspecto. Y para no hacer spoilers solo os diré que los 365 días no son , ni mucho menos, el final del juego. Es más, podría decir que no son ni la mitad del mismo.

En la siguiente página hablamos del nuevo método de Alquimia

Se implanta también un ligeramente cambiado sistema de recetas. Firis es muy novata en esto de hacer alquimia, así que irá descubriendo por ella misma la forma de hacer algunas cosas. Pero también la gente nos puede dar recomendaciones o pistas para descubrir recetas.

Cuando cumplamos ciertos requisitos, ya sea recolectar cosas, derrotar enemigos o hablar con gente, podremos hacer alquimia para conseguir ese objeto. Pero si no queremos esperar, tenemos los puntos de ideas, que nos permiten desbloquear una receta sin necesidad de esperar a cumplir los objetivos.

Pero vamos al meollo de la cuestión: la alquimia. En Atelier Firis la alquimia es muy parecida a su predecesora, Atelier Sophie. Y es evidente, ya que el juego forma parte de la misma trilogía. Sin embargo, para mi gusto, está menos elaborado.

Ahora tendremos que colocar los objetos en función de los catalizadores. Estos nos proporcionarán bonus que se desbloquean si colocamos los materiales en unas casillas determinadas. Aquí no se premia rellenarlo todo, sino más bien rellenar los huecos exactos para conseguir los efectos especiales.

Así pues, es conveniente tener de todo un poco, sobre todo de catalizadores, ya que conseguirán hacer que nuestras creaciones sean más potentes o desbloqueen nuevas habilidades más fácilmente.

Es importante avisar que Atelier Firis premia que hagamos mucha alquimia puesto que cuantos más objetos creemos, más nos especializaremos en ellos. Esto nos permitirá darle atributos mejores una vez finalizado. Así que, aunque creas que has hecho el objeto ideal en un primer intento… no te lo creas. Conseguir el oro en ese objeto y darle los atributos consiguen la diferencia entre un combate fácil y uno difícil.

El sistema de combate también cambia ligeramente. Se parece mucho al de Sophie, sin embargo ahora las habilidades se vinculan a las armas que llevan los combatientes. Ellas serán las que den acceso a los ataques más devastadores, por lo que es conveniente que intentemos conseguir desbloquear en el proceso de alquimia todos los efectos posibles.

Ya os voy avisando que al principio no será muy difícil conseguir hacerlo. Sin embargo las armas de niveles superiores sí que presentan retos. Serán necesarios los catalizadores más avanzados para poder sacar las habilidades más bestias. Y esto requiere una cadena de «perfects» que es digna de alabar.

Como veis, este Atelier tiene bastantes cosas mejoradas y da unas impresiones muy pero que muy buenas. Sin embargo, al igual que tiene muchas luces con respecto a otros Atelier, también tiene muchas, pero que muchas sombras.

Por último nos queda analizar el apartado artístico y el conjunto en sí.

La primera ya os la he dicho: la historia hace aguas por todas partes. Desde la aldea de inicio hasta cómo se nos unen la mayoría de los personajes. En otros atelier, la importancia de las relaciones entre la protagonista y sus futuros aliados es crucial. Aquí, sin embargo, lo que hay que hacer es explorar. Encontrar a un aliado en un determinado sitio lo desbloquea, y luego lo encontraremos en una posada por ahí esperando que lo reclutemos.

Ninguno de los personajes tiene carisma. Ni si quiera Firis, a la que le acabé cogiendo algo de tirria. Son muy sosos y sus historias no enganchan. Además, apenas interactuan entre ellos, cosa muy importante en otros Atelier, por lo que al final son sacos de boxeo para que le den de leches a ellos en vez de a nuestra débil Firis en los combates.

El sistema de combate también peca de ser el más simple que he visto en mucho tiempo. La saga de Dusk brillaba por unos combates dinámicos y con muchos elementos a tener en cuenta, pero Atelier Firis tira por tierra todo ello y deja todo el peso en las armas y sus habilidades. Apenas hay más elementos que tener en cuenta a la hora de combatir. Eso sí, cuidad porque por el mundo encontraréis enemigos de nivel 1 y de nivel 40 uno al lado del otro. Y pueden hacer pupita…

Por último, y no por ello menos importante, gráficamente el juego también naufraga. Sí es cierto que ampliar las fronteras de los mapas hace que el cambio sea a mejor, pero es que sigue siendo un juego de PlayStation 3… y a veces de PlayStation 2. Los personajes están bien diseñados pero apenas tienen movimientos, ni facciones. Tienen la misma cara si se sorprenden, si ríen, si lloran… y las animaciones son las mismas que usaron con la anterior generación.

Pero también hay problemas con la iluminación y las sombras. Muchas veces tendremos problemas casi epilépticos al pasar por un bosque y ver cómo continuamente las sombras aparecen y desaparecen sin ton ni son. Y si a eso le sumamos el hecho de que pasa el tiempo como una bala, si recolectamos tres o cuatro materiales que están cerca pasaremos en un santiamén de la mañana a la noche sin que nos demos cuenta.

Por suerte, el apartado artístico se salva mucho gracias a la banda sonora. No es que traiga un cambio sustancial, pero la esencia de los Atelier es el azúcar. Y la música de Atelier Firis desprende diabetes por todas partes, como la mayoría del juego.

En definitiva, Atelier Firis es un juego que consigue sacar lo mejor de la exploración y la alquimia pero que se deja por el camino la historia y los personajes. Por ello es muy difícil ponerle una nota exacta. Por un lado ha conseguir sorprenderme con el nuevo sistema del mundo, me ha enganchado a la alquimia y me ha dado horas y horas y horas de juego entretenido, pero por otro lado ha sacado a relucir la dejadez y las prisas a la hora de desarrollar el resto de elementos.

Ha sido lo uno por lo otro y no todo junto. Por ello no creo que sea ni el mejor Atelier ni el peor. Y esto me fastidia, porque con el mundo que habían creado daba para ser, sin duda, uno muy bueno.

Aún así, si te gustan los Atelier, vas a disfrutarlo como nunca por todo lo que os he dicho. Así que ahora queda esperar a ver qué nos trae Gust con el capítulo final de la saga de los misterios. Esperemos que junten lo mejor de Sophie, lo mejor de Firis y lo mejor de las anteriores entregas para traer un juego redondo.

Exploración Powa
GRÁFICOS
6.5
SONIDO
8
JUGABILIDAD
8
DURACIÓN/ENTRETENIMIENTO
8.5
Nota de lectores0 Votos
0
7.8
Exploración Powa
Manu Mora

Friki de GuiltyBit. Colaborador, padre y fan incondicional de Sonic, todo al mismo nivel. ¡Ah! Y maestro absoluto del látigo, aunque ya no lo use mucho.

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