For Honor está a días de su lanzamiento y Ubisoft ha tenido a bien dejarnos catar su juego en al última de sus pruebas antes de que llegue de manera oficial. Y la verdad es que quizás, lo que más nos ha faltado ha sido el honor. Pero la diversión y las ganas de darle más a la espada no se nos han pasado para nada.
Te contamos uno por uno lo que nos ha parecido esta última beta de For Honor y lo que esperamos en su versión final. Con todos vosotros, los culpables.
Probadas la demo Alfa y BETA, For Honor es un muy buen videojuego donde pasaremos horas y horas con amigotes u otra gente jugando. El único problema es que puede resultar repetitivo por los escenarios. Claro que aun quedan muchas cosas por ver cómo algunos guerreros, más escenarios y si estos son más grandes.
La única diferencia que he visto con alfa y beta es que ahora además de de luchar en las diferentes modalidades, tenemos zonas que defender. Ganando partidas hacemos que nuestra facción crezca y tenga más territorio. De esta forma conseguimos «los dineros» en el juego que vendrán muy bien para desbloquear nuevas armas, mejoras o personajes.
En cuanto a lo jugable tenemos un título muy realista en el que vemos ataques creíbles. Atrás quedan combos imposibles o ataques que solo un luchador de Soul Calibur puede hacer. Vemos detalles como el atacar con el escudo (no solo sirve para defenderse) o cómo por ejemplo un Caballero de la Edad Media coge por la hoja la espada y te mete una hostia con la empuñadura. A la hora de recrear estos movimientos se ve que en Ubisoft han puesto mucho mimo.
Otro punto positivo es el no poder ir de chulo. Esto de ir uno solo y eliminar a todos los enemigos del equipo contrario no es posible. Necesitaremos casi siempre el ir con otro jugador para que los combates sean más fáciles. Podemos combatir contra dos enemigos a la vez, pero lo mejor en estos casos será salir por patas como se haría en la vida real.
Los dos personajes nuevos que se han podido probar son dos claros ejemplos. Nobushi y Pacificadora son personajes rápidos perfectos para el apoyo. Si estamos solos contra un Vikingo o un Caballero Medieval con escudo lo tendremos realmente difícil.
Solo le veo tres pegas a For Honor. Una de ellas es la historia de la que sabemos muy poco y me da en toda la nariz que no será digna de recordar. Después tenemos algunos personajes que siguen rotos (pero que muy rotos). Uno de ellos es el Vikingo Raider con el que eliminamos con facilidad a los rivales cogiéndolos y lanzándolos fuera del escenario. He visto a gente que solo se dedica a esto en las partidas online. Y para finalizar tengo que comentar lo rancios que son a la hora de dar monedas u otros objetos. Hay veces que que subes de nivel y no te dan nada.
Antes del contacto con la beta un servidor tenía miedo de que For Honor se resumiera únicamente en darse de palos con otras personas y seguir para adelante, idea que si bien sigue en mi tras jugar este fin de semana sí que se ha vuelto más compleja.
Puede que la estructura del juego no se distancie mucho a lo visto en otros títulos online de capturar puntos, pero sin duda el punto fuerte de For Honor reside tanto en sus complejos y bien diferenciados héroes como también en los duelos 1 vs. 1, donde la tensión se puede cortar con una katana. Eso sí, no estamos ante un juego fácil de manejar de primeras, por lo que toca entrenar bastante para ser un maestro de las paradas.
Cuando me puse a descargar esta beta de For Honor no tenía nada claro de qué me iba a encontrar. Me había visto todos los gameplays hasta la fecha y cada nuevo vídeo despertaba de nuevo mi atención.
Pero claro, el gameplay de For Honor es muy innovador así que tenían tantas posibilidades de hacer algo muy bueno como de cagarla mucho por no tener referentes claros. Tras cuatro días de espadazos, bloqueos y fintas me he quedado más tranquilo. El sistema de For Honor funciona, y funciona muy bien; aunque en estos días me han surgido otro tipo de dudas.
También me cuesta aceptar la existencia de ataques que no se pueden bloquear en un juego en el que, precisamente, lo primero que te enseñan son los bloqueos porque es el núcleo de la jugabilidad. Establecer una base para luego saltársela es pegarle un tiro por la espalda al diseño, de forma rastrera. Como un siciliano cualquiera.
La última duda con la que me he quedado es sobre la durabilidad. Con tan pocos modos de juego y tan simples, ¿podrá For Honor resistir a la maremágnum de la actualidad videojueguil o se quemará demasiado rápido? Siento como si le faltara algún componente adictivo y profundo que te haga volver a él una y otra vez. Espero realmente encontrarlo en el juego final.
No tuve ocasión de probar las anteriores betas de For Honor pero a esta última he podido acceder y dedicarle unas cuantas horas para jugarla con sus distintos modos y personajes. Lo cierto es que no tenía muchas esperanzas en esta nueva propuesta, debido quizás a una falta de fe generalizada en los últimos juegos de Ubisoft que, pese a no ser malos títulos, en mi opinión tienen siempre una falta de un «algo». Juegos como The Division o Assassin’s Creed Syndicate, por poner algún ejemplo, son títulos que sí, pero no. A mi juicio, obviamente.
Ha sido quizás esta poca esperanza en For Honor lo que ha hecho que me guste aún más. No esperaba nada de esta suerte de musou (con tintes de MOBA) a la occidental y lo cierto es que me ha dejado muy buen sabor de boca.
Puede parecer que el sistema de combate es un piedra-papel-tijera y poco más pero en Ubisoft han conseguido darle una profundidad interesante. Esta profundidad es, en mi opinión, lo que distingue a unos personajes de otros. Velocidad, fuerza, bloqueo, resistencia… Todos estos atributos se ven reflejados en la manera de atacar y defender de cada personaje y facción, aunque muchas de las distintas clases compartan estilos de juego similares.
Cuando uno cree que domina ese piedra papel tijera entonces empieza a descubrir las particularidades de cada personaje: combos, bloqueos, empujones y agarres, fintas y contraataques, cancelaciones y amagos… No esperaba que este sistema de combate pudiera ofrecer tantas variaciones dependiendo de cómo prefiera enfocarlo cada jugador.
Señalaría precisamente el combate como principal punto fuerte, ya que crear una mecánica «nueva» no siempre sale bien. Tras unas cuantas horas jugadas me parece que en For Honor funciona perfectamente, tanto en batallas multitudinarias como en los tensos duelos de 1 vs1.
No es lo único a destacar, por supuesto. Los gráficos son bastante atractivos y muestran unos personajes y escenarios realmente trabajados, pese a que estos últimos no son excesivamente grandes. Las animaciones de los guerreros (todas ellas, incluso las provocaciones) me han parecido sobresalientes y tengo la impresión de que los distintos modos, cuya decisión de ofrecer partidas contra bots me parece acertada, funcionan bien dentro de sus propias mecánicas, que nos obligan a decidir continuamente qué batallas librar, dónde nos conviene hacerlo y cuándo es mejor huir.
Si algo no ha terminado de convencerme es quizás la sensación de repetición al cabo de unas horas. Dado su estilo de juego y la distribución de sus mapas rara vez se desarrolla una partida de manera totalmente distinta a las anteriores y esto puede acabar saturando a más de uno.
La subida de nivel sirve como aliciente a seguir disputando combates pero el sistema de botín me ha resultado, además de excesivamente tacaño, algo más discreto, mientras que la forma de deshacernos del equipo sobrante para su reciclaje se me ha antojado algo aparatosa y lenta cuando se acumulan unas cuantas piezas inservibles. Espero que la versión final de For Honor que tendremos por aquí el próximo 14 de febrero traiga unas cuantas novedades jugosas.
La verdad es que me he quedado con ganas de más.
Samurais, Vikingos y caballeros medievales peleando entre ellos a muerte. Ese es el sencillo reclamo que me empujó a querer probar esa beta para poder decidir si comprarme el juego en un futuro, y no me decepcionó. ¿Y que me encontré? Algo realmente diferente a mis expectativas iniciales, que sin embargo me dejó un buen sabor de boca.
Nada más empezar a jugar te das cuenta de que el pilar fundamental del juego es el combate contra otros personajes/jugadores, ya que Ubisoft ha querido hacer algo que a día de hoy considero maravilloso: innovar. Este sistema de peleas está muy bien adaptado, teniendo en cuenta que raro es el juego que consigue implementar bien el combate cuerpo a cuerpo y For Honor cumple de sobras, ya que cada personaje y cada situación según requiera hará que el combate se desarrolle de manera diferente.
Antes de jugar a esta Beta me rondaba una pregunta de la cual no encontraba una respuesta satisfactoria… ¿Que estilo de juego es For Honor? Y quizás vale la pena empezar hablando por lo que no es: No es un Mussou, está demasiado enfocado al combate contra otros jugadores, con lo cual tampoco es un Hack and Slash (Pese a que a veces me recordaba a los clásicos juegos de El Señor de los Anillos de PS2). Finalmente tras un buen puñado de horas, me da la sensación que estamos ante un MOBA en tercera persona, en lugar de cenital.
Podríamos decir, que visto lo visto estamos ante un juego del que seguramente valga la pena si juegas con amigos. Pero realmente lo que estoy deseando saber son los modos de juegos que incluirá el producto final, ya que lo que teníamos se hacía bastante repetitivo (pese a la variedad de situaciones que se viven durante los combates). Si incluyen la suficiente chicha y mimo, opino que podemos estar ante uno de los grandes juegos de este 2017.
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