Twitch, la última frontera del machismo en Internet

Un estudio revela que la mayoría de comentarios que reciben las mujeres streamers en Twitch son en referencia a su físico y no a lo que están jugando.

Tetas. Nena. Guapa. Caliente. Gatita.

Podrían parecer las categorías de un tube de vídeos porno, o incluso del chat de una chica que haga shows por webcam en Internet. Pero no, son las palabras más habituales que le dedican los usuarios de Twitch a las mujeres que hacen streamings.

Un estudio de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, y publicado hace unas semanas, ha presentado los resultados de una investigación en la que se analizó la conversación de los usuarios en Twitch. “Usando una combinación de métodos de análisis computacional de textos, mostramos cómo las conversaciones sexualizadas y la objetificación son predominantes en los chats”, explican los autores de la investigación en el artículo en el que desvelan los resultados. “Las mujeres reciben significantemente más comentarios objetificadores, mientras que los hombres reciben más comentarios relacionados con los juegos”.

La investigación está realizada solamente con los 400 canales de Twitch de mayor tamaño (200 por sexo), pero sirve para ver una tendencia que excede al ámbito de los videojuegos: a los hombres, se les valora por lo que hacen; a las mujeres, por el físico que tienen.

Si un hombre hace un streaming, la atención está enteramente en lo que juega y entre las palabras más comunes en sus chats se encuentran glitch, desbloqueado o melee. Pero si el streaming lo está haciendo una mujer, la atención se centra en ella, en su cuerpo y en su aspecto con palabras como las que encabezan el artículo.

Los canales monitorizados en el estudio son todos anglosajones, pero ese tipo de comentarios y actitudes objetificadores también se pueden ver en canales españoles. Quizás, el ejemplo que más notoriedad ha tenido recientemente ha sido el acoso que sufrieron las chicas de TodasGamers, en un streaming, por parte de los seguidores del jugador profesional de CS:GO FlipiN. “Nos echó a sus fans encima a floodearnos el chat y con frases como ‘estas no vuelven a hacer un stream jamás’ y ‘quiero ver la mirada de pánico en sus ojos’”, explica Helena, de TodasGamers, en una entrevista por email.

El problema no se quedó solamente en Twitch, sino que también saltó a Twitter durante un par de días hasta el punto que FlipiN acabó haciendo un vídeo en Youtube para dar explicaciones. Sin terminar de disculparse del todo, eso sí.

Por lo que cuentan las chicas de TodasGamers, lo que les pasó a ellas no fue algo anecdótico. Después de sufrir ese acoso en Twitch, otras les comentaron en privado que habían dejado de emitir partidas por streaming por haber sufrido situaciones similares.

Comentarios sobre el aspecto físico, paternalistas, condescendientes, insultantes, degradantes… Cuando se ven todos ellos juntos y en perspectiva se puede empezar a entender por qué hay mujeres que ven los videojuegos como un medio hostil a su presencia y su participación. “Se deben reprochar y perseguir este tipo de actitudes”, dice con rotundidad Mar, de TodasGamers.

Youtube, otra moneda con la misma cara

Aunque el machismo esté tan arraigado y normalizado en los comentarios de Twitch, no es exclusivo. Lara Smirnova es youtuber y, a pesar de que empezó hace relativamente poco su canal, en sus vídeos también se pueden ver comentarios de ese estilo, aunque en su caso sean los menos. Ella, reconoce, es totalmente consciente de ese tipo de comentarios, y no solamente los que aparecen en su canal: “Sigo a otras youtubers y creo que la tónica es siempre la misma. Si están más guapas o menos, si les siente bien ese pelo, la camiseta que llevan o si se parecen a otra persona”.

Lo que sucede con este tipo de comentarios es que, a pesar de ser machistas, están tan interiorizados y aceptados que, muchas veces, pasan inadvertidos. Incluso quienes los dicen y escriben ni siquiera contemplan que el mensaje que transmiten sea algo peyorativo.

Lara, por ejemplo, explica que seguramente muchas veces ese tipo de comentarios se hacen con intención de agradar y hacer sentir bien a la persona que los recibe. El problema está en que cuando trasladas la valoración hacia el físico de la persona y decides destacar eso sobre todo lo demás, estás despreciando su ser como persona y subordinándola a algo tan vacío y poco importante como es el canon de belleza establecido.

Comentar, aunque sea tangencialmente, el físico de una mujer en un vídeo o streaming de videojuegos, consigue justamente eso. “Prefiero que se me valore por mi trabajo y no por mi físico”, reconoce con sinceridad Lara, “[pero] parece que da igual lo que hagas con respecto al contenido, que ni siquiera importa, algunas personas solo te van a juzgar por tu físico. Es triste”.

Marina Amores, autora de varios documentales de videojuegos y colaboradora en medios especializados, también conoce de primera mano este tipo de comentarios que se pueden ver en Youtube. “Tengo un par de vídeos en mi canal en los que me muestro hablando de videojuegos”, dice. “Son de hace años, cuando no era consciente de todo esto y lo fui viendo al poco de publicarlos. Si hago otro vídeo similar en mi canal, tengo claro que solo le pondré la voz”.

Uno de los últimos trabajos de Marina, Mujeres+Videojuegos, trató de poner el foco precisamente en ese tipo de comentarios y actitudes que sufren las mujeres dentro de la industria del videojuego y que están totalmente normalizados.

Tras estrenar el documental, recibió muchas críticas tachándola a ella, y a las protagonistas del documental, de exageradas con respecto a las conductas machistas que contaban. Pero a pesar de ellas, la valoración que hace Marina es positiva: “Desde que públicamente denuncio el sexismo en nuestra industria me ha venido gente, tanto en público como en privado, a decir que yo (y otras personas) les hemos hecho cambiar totalmente de opinión”.

Tiene bastante mérito, desde luego, lograr concienciar a la gente de cambiar su actitud. Especialmente si hablamos de machismo estructural que es un problema que suele tener como reacción la negación al denunciarse.

Por ejemplo, negar el sexismo que transmite ponerle un comentario a una streamer con palabras como nena, guapa, caliente o gatita, es invisibilizar un problema y perpetuar una situación claramente discriminatoria hacia la mujer. “Lo que consiguen es restarle importancia a algo que hace mella en nuestras personalidades”, dice Laura Gómez, también conocida bajo el seudónimo de AzulCorrosivo, colaboradora en varios medios especializados en videojuegos. “Tengamos en cuenta que estos episodios de violencia no son aislados, y cuando nos sentamos delante de la consola ya llevamos muchas horas soportando un trato desigual por el simple hecho de ser mujeres”, continúa explicando Laura. “En el caso de los videojuegos es especialmente martirizante: es un campo de hombres y tú sólo puedes formar parte del selecto grupo cuando opinas lo mismo que ellos y actúas como quieren”.

Anonimato y perfil bajo como respuesta

En todas las entrevistas llevadas a cabo para este reportaje, que han sido realizadas de manera individual, ha acabado sobresaliendo la misma respuesta ante el acoso de este tipo en la red: la pasividad. Usar nicks neutros, no mostrar la cara, ponerse ropa holgada si se usa un plano medio… En resumen, pasar lo más desapercibida posible y camuflarse todo lo que se pueda. “Es increíble cómo cambia todo si creen que eres uno de ellos, y eso nos resulta mucho más cómodo para pasar una partida tranquila. La cuestión es que no puedes ser tú misma”, explica AzulCorrosivo.

Por su parte, la experiencia de Lara en su canal de Youtube también es bastante valiosa a la hora de valorar el perfil bajo que muchas mujeres deciden mantener en los videojuegos y en todo lo que esté relacionado con ellos. “Al final yo misma recorto mi libertad a la hora de vestir”, dice. “Casi nunca me pongo escote ni ropa ajustada pero quizás alguna vez he querido ponerme una camiseta un poco más ajustada y me lo he pensado dos veces antes de hacerlo porque quiero que se me valore como persona, no por mi físico”.

Continúa: “Recuerdo una vez que era agosto, llevaba un vestido de tirantes e hice un vídeo en el que hacía una broma sobre Pokémon. Uno de los comentarios fue ‘Deja de enseñar tanto las tetas y aprende más de Pokémon’. ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Ponerme un jersey en verano para que mi opinión sea más válida?”. Al final, Lara reconoce que este tipo de situaciones son “desesperantes” y “crean mucha inseguridad porque nunca sabes cómo acertar”.

La cada vez mayor visibilización y denuncia de esta situación es la verdadera clave para que se empiece a atisbar una solución. Poner el foco sobre un problema que hasta ahora permanecía debajo de la alfombra sirve para concienciar; y aunque mucha gente todavía trate de ocultarlo o resistirse a aceptarlo, es un camino que solo se puede recorrer en una dirección.

El reto pasa porque esa misma concienciación no sea horizontal entre un tipo específico de jugadores, sino que sea vertical y toque a los medios, a Twitch, a Youtube, a los streamers, a las compañías desarrolladoras.

“Mientras nos alegramos por Dishonored 2, muchas chicas no se atreven a meterse en un online por miedo a su toxicidad; mientras celebramos los 20 años de Lara Croft, nos damos cuenta de que no hemos cambiado tanto”, remata AzulCorrosivo.